Basada en una historia real, con imágenes fuertes, un sólido elenco, y una tragedia por contar. El drama sucede en una plataforma petrolífera de extracción, en aguas profundas frente a la costa de Louisiana (Golfo de México). Qué interesante y atemorizante el trabajo que se realiza en estos lugares. Y son esos lujos que nos da la pantalla grande: conocer qué tareas se realizan allí, cómo conviven los operarios alejados de su hogar y familia. Llegar a fondos inimaginables con maquinarias complejas en busca de petróleo, desde esas plataformas armadas con tal fin. Mega compañías que invierten millones de dólares, con directivos que no miden las consecuencias al no hacer el trabajo que corresponde, el correcto. Que no exista margen de error, que todo funcione bien. Ante el desastre, queda claro que hay responsables. No por los millones que se perdieron en petróleo derramado sobre el Golfo, poco importa, sino por los 11 trabajadores que murieron allí, y la ecología, como seguramente se vio afectada. Aquel 20 de abril de 2010, el mundo observaba como una llama de fuego ardía en el medio del océano producto de la explosión de la plataforma, ocasionando el mayor derrame accidental de petróleo en la historia. “Horizonte profundo” nos cuenta está terrible y trágica historia desde el lugar de los obreros, los trabajadores, los héroes. Los que lograron salir y los que no pudieron. Muy bien dirigida, con una impactante fotografía, y un elenco que pudo ponerse en la piel de las verdaderas víctimas. Gran largometraje que logra transmitir de forma muy real lo que sucedió en “Deepwater Horizon”.