Un relato que oscila entre la burocracia y la jerga técnica.
“El hombre es el lobo del hombre”. Esta es una moraleja tan vieja como el tiempo mismo. No han sido pocas las veces que hemos visto, al menos en el cine, a corporativos dispuestos a sacrificar vidas inocentes por ahorrar o ganarse unos cuantos millones de dólares. La denuncia nunca va a cansar, y de hecho es necesaria, pero si te vas a alejar del camino más transitado para hablar de algo así, que suele ser habitualmente un documental, y te vas a animar con una dramatización, necesitás jugar de acuerdo a sus reglas. Unas reglas que a mi parecer Horizonte Profundo no sigue, y no estamos hablando de ese quiebre en lo establecido que destaca a largo plazo.
Pozos de ambición:
horizonte-profundoBasada en hechos reales, Horizonte Profundo cuenta la historia de una planta petrolífera que estalló en 2010, la lucha contra la irresponsabilidad corporativa, quienes contribuyeron a que dicho incidente se produzca y la encarnizada lucha por sobrevivir cuando la tragedia finalmente ocurre.
La trama de Horizonte Profundo está dividida claramente en dos mitades. La primera sobre el maremágnum burocrático con el que se deben enfrentar los protagonistas cuando descubren la falla, y la segunda es la explosión en sí misma.
Todo lo que es la explosión esta tratado en la clave tradicional de una película de cine catástrofe. Es decir, te sobresaltás cuando ves que una grúa o un enorme pedazo de metal se lleva puesto a alguno de los pobres inocentes, y si bien las escenas de riesgo están bien trabajadas, no sentís nada por los personajes. Es como si hubieran puesto más empeño en mostrar los hechos que desarrollar a los personajes. Este tipo de cine existe y se llama docuficción, pero cuando la misma se molesta en mostrar la vida de familia de los personajes e introducir sus idiosincrasias personales en el primer acto, es porque apuntás a buscar una reacción y una conexión desde un costado humano, que lamentablemente no se consigue, sino que se establece y luego se abandona en favor del plato fuerte que es el de ilustrar la catástrofe.
Es una película que busca mostrar como la codicia e indiferencia corporativa termina costando vidas. El mensaje llega, pero el cómo es donde yo me animo a discrepar y decir que un documental hubiera sido más conveniente que una película de ficción.
En el rubro actoral tenemos labores decentes de Mark Wahlberg, John Malkovich y Kate Hudson (esta última casi de adorno), pero quien en realidad destaca a nivel interpretativo es Kurt Russell como el jefe de Wahlberg.
A nivel técnico tenemos una fotografía decente, con una cámara en mano casi documental y un montaje que se sabe adaptar a las necesidades dramáticas de la historia, pero no mucho más. Eso sí, cabe decir que cuando la película abarca el tema de la explosión, hace gala de un trabajo notable de efectos visuales y efectos de sonido.
Conclusión:
Si bien Horizonte Profundo cumple con comunicar su mensaje de los peligros de la implacable codicia corporativa, y sus escenas de acción están bastante logradas, el componente humano al que seguramente apuntaron desde un principio es insuficiente y no logra una verdadera conexión y una verdadera preocupación en el espectador. Un documental hubiera ayudado mucho más a su denuncia, pero no tendría la convocatoria que seguramente implica el tener este reparto.