Comedia única
Todo lo que le sucede a la protago nista se cuenta desde una puesta en escena particular, y con humor.
Es una comedia con toques, ¿cómo definirlos?, extraños, muy fuera de lo común, aunque Hortensia no sea nada fuera de lo común.
El personaje del título es una típica perdedora. A la muerte de su padre embalsamador, Hortensia también le suma otras pérdidas. La de su trabajo, primero, y la de su novio, que decide irse con una amiga. Así, Hortensia decide prestarle atención a una carta que se había escrito a sí misma un tiempo atrás -puede ser diez años, o una semana- y se pone manos a la obra con lo que se había comprometido: conseguir un novio rubio como era su padre, y diseñar, fabricar el mejor par de zapatos.
Las excentricidades de los personajes del filme de Diego Lublinsky y Alvaro Urtizberea son la marca de la película. Y, a la vez, parecen tan naturales que parecieran normales.
Hortensia no abre la palanca de la heladera Siam de su casa más que con un palo, y a la distancia. mientras allí, en el suelo, sigue el dibujo de la silueta de su padre, que murió electrocutado. A Hortensia le pasan muchas cosas, la mayoría porque las busca -se enamora de dos hombres, uno rubio, el otro no-, pero otras, más por omisión.
El tono, que a veces campea por el melodrama, la ausencia de utilización de una columna musical para remarcar las escenas, el encuadre casi surgido del armado de los cortometrajes, y las actuaciones, particularmente de Camila Romagnolo, sobre quien cae el peso de toda la historia, todo hace a una puesta en escena de un estilo cómico único.