El submundo de los malhechores
“Hotel de Criminales” (Hotel Artemis, 2018) es un thriller distópico que constituye el debut cinematográfico de Drew Pearce, que también se encargó del guión. El reparto está compuesto por Jodie Foster, Sterling K. Brown, Brian Tyree Henry, Sofia Boutella (Delphine en “Atómica”), Charlie Day (Dr. Newt en “Titanes del Pacífico”), Dave Bautista, Jenny Slate (“Brain on Fire”, “Un Don Excepcional”), Zachary Quinto, Jeff Goldblum, entre otros.
21 de junio de 2028, Los Ángeles. La enfermera Jean Thomas (Jodie Foster) dirige el Hotel Artemis, un establecimiento que también funciona como hospital para los estafadores, delincuentes y asesinos que se encuentran cerca de la zona. Esa noche al parador ingresa Sherman (Sterling K. Brown) con su hermano Lev (Brian Tyree Henry); este último se encuentra gravemente herido debido a un disparo de la policía luego de un robo fallido a un banco. Más tarde llega Niza (Sofia Boutella), una homicida que dice necesitar ayuda médica pero en realidad tiene otro objetivo. Allí también está Acapulco (Charlie Day), un traficante de armas misógino, y como si fuera poco Jean decide ayudar a Morgan (Jenny Slate), una oficial de seguridad lesionada que está tirada en la puerta del Artemis. Cuando el “Lobo Negro” (Jeff Goldblum), dueño del hotel, se presente allí con lastimaduras, secretos del pasado de Jean serán revelados.
Como se puede notar, el filme tiene varios personajes que son protagonistas de sus respectivas subtramas y a medida que el relato avanza algunos se irán entrelazando con otros. El problema está en que ninguna historia logra estar bien diseñada como para mantener el interés del espectador. Y no es que el ritmo sea lento, por el contrario los hechos suceden ágilmente a la vez que la atmósfera llena de violencia se logra sentir, sin embargo al no haber un tema central todo queda muy disperso y desordenado. Esto solo puede dar un resultado, que es lo peor que le puede pasar a una película sea del género que sea: ya al salir de la sala lo que acabamos de ver nos parece intrascendente y olvidable.
A pesar de ello, la ópera prima de Drew Pearce tiene aspectos atractivos. Por empezar la tenemos a Jodie Foster, que logra salir bien parada gracias a la composición de su personaje. La enfermera Jean tiene un carácter fuerte, lo que no es para menos dado que noche tras noche debe lidiar con personas para nada sencillas. “Para los buenos ya están los hospitales”, dice la mujer que hace 22 años no sale del hotel ya que le da pánico el exterior; a medida que pasan los minutos iremos descubriendo más sobre su pasado y lo que la llevó a refugiarse en este submundo caótico.
Por otro lado, la distopía creada funciona. De entrada nos parece verosímil que en el 2028 la ciudad de Los Ángeles esté en un descontrol total, en donde los helicópteros se estrellan y los incendios suceden a menudo. Aparte, resulta innovador ver cómo la tecnología para curar evolucionó, al punto de que los órganos pueden restaurarse digitalmente, las inyecciones actúan al segundo de ser suministradas y las impresiones de los estudios médicos son en 3D. Que el hotel tenga sus propias reglas recuerda bastante al alojamiento de “John Wick” (2014), en donde también estaba prohibido matarse entre sí, con la diferencia de que aquí está prohibido ingresar con armas.
Es así como “Hotel de Criminales” podría haberse convertido en más que una película para solo pasar el rato. Lamentablemente, su guión y las múltiples situaciones que ocurren no la ayudan a ser lo suficientemente cautivadora.