Un día cualquiera
Contando desde varios puntos de vista simultáneos, Hotel Mumbai: El Atentadocomienza narrando un día como cualquiera para la rutina de turistas y trabajadores del hotel Taj Mahal, quienes no sospechan que acaba de llegar a la ciudad un pequeño grupo de terroristas planeando una serie coordinada de ataques a distintos lugares públicos.
El primer ataque es en una concurrida estación de trenes: dos terroristas utilizan ametralladoras y explosivos para asesinar a varias personas, antes de seguir el recorrido que le fue asignado.
Encerrados en el lujoso hotel, los distintos huéspedes protagonistas de esta historia no se enteran de lo que sucede afuera. El caos se va apoderando de las calles a medida que los ataques se suceden ante una fuerza policial local completamente sobrepasada, la cual no tiene el entrenamiento ni el equipo para enfrentar una situación de este tipo, debiendo esperar que lleguen las fuerzas especiales desde la capital.
Durante toda la noche los atacantes recorren el enorme edificio asesinando a los que encuentran, mientras los trabajadores del hotel intentan esconderse y proteger a los huéspedes que pueden, manteniendo la esperanza de que recibirán desde el exterior una ayuda que tarda demasiado en llegar.
Encierro de lujo
La historia que cuenta Hotel Mumbai: El Atentado no abunda en detalles sobre los atacantes, le preocupa más enfocarse en el calvario por el que debieron pasar las víctimas y sobrevivientes durante las horas que permanecieron encerrados y escondiéndose en el lujoso hotel. Sin embargo, los momentos en que se concentra en los terroristas no los muestra como los caricaturescos villanos sádicos que suelen ser en el cine.
Sin duda fríos y violentos, pero los jóvenes que desatan la masacre son presentados como simples campesinos, cooptados por un líder religioso que los entrenó y envió a ejercer su furia contra una ciudad que nunca habían pisado, aunque igualmente están convencidos de que allí habitan los responsables de todas sus penurias. En continuo contacto telefónico con el cerebro de la operación, queda planteada la idea de que son manipulados y engañados para que lleven adelante su agenda, aprovechando su juventud e ignorancia.
Lejos de ser la clásica película de acción occidental donde el conflicto se resuelve por la valentía y las balas de gente de uniforme, Hotel Mumbai: El Atentado cuenta una historia de angustia y desesperación, pero sobre todo de impotencia. Los terroristas están siempre en una clara superioridad táctica y el resto no puede hacer más que esconderse o correr, dejando el heroísmo para gente común como Arjun (Dev Patel), un simple trabajador del hotel que se arriesga por esconder a los huéspedes o guiarlos por pasillos en búsqueda de una salida.
El clima opresivo y de tensión está muy bien construido, pero va perdiendo esa fuerza inicial al extenderse invariable por demasiado tiempo. Se estira de más la llegada del desenlace, repitiendo secuencias con un coro de personajes de los que sabemos poco como para conectar lo suficiente con ellos.