Vampiros algo rebeldes
En esta secuela de "Hotel Transylvania" no hay muchas novedades con respecto al original, con la voz de Adam Sandler y otros actores famosos (eso en la versión original, claro). Esta vez el guionista, que también es Sandler, cambia un poco las reglas del Hotel Transylvania, que no sólo deja alojarse como huéspedes a los monstruos clásicos del cine de terror, sino también a seres humanos, lo que conlleva algunos enredos relativamente graciosos.
El giro principal del argumento es que Drácula está perturbado debido a que su nieto, medio vampiro, medio humano, no parece reaccionar a sus genes vampíricos, asunto que lo preocupa al punto de organizar una excursión "vampiril" para potenciar los instintos del pobre chico, algo así como los abuelos o padres que llevan de cacería a hijos o nietos para desarrollar sus instintos viriles.
Hay personajes coloridos que ya fueron vistos en el film anterior, y detalles graciosos como por ejemplo pedazos de pastel que pegan alaridos al ser cortados, pero no hay un argumento sólido ni tampoco la totalidad de los gags son eficaces, aunque se entiende que el público infantil al que está destinada la película va a pasar un buen rato. La animación es más que buena. Y si se ve la versión con las voces de Adam Sandler y Kevin James el asunto debe mejorar.