Fue en el 2012, cuando Sony pictures presentó una película animada que tomaba a los monstruos más clásicos de la literatura y el cine como el Vampiro, el hombre lobo, la momia y Frankenstein, y los transformó en una historia animada en la que Drácula manejaba un hotel con presencia para monstruos, hasta que su hija, Mavis, se enamora de un humano, manejando de manera muy acertada y metafórica la apertura hacia las personas de costumbres totalmente diferentes a las nuestras. Obviamente, como toda película medianamente exitosa, tuvo secuela que ha llegado a nosotros este año.
Mavis y su ahora esposo Jonathan, con el recién nacido Dennis, deberán encontrar su lugar en el mundo, toda vez que el pequeño está por cumplir los 5 años y no ha presentado evidencia de ser un vampiro, como su madre y su abuelo, por lo que, en busca de un hogar "más seguro" para el pequeño, Drácula tendrá una última oportunidad de lograr que aparezcan los colmillos del pequeño y lograr que su familia siga viviendo en el hotel.
La trama es sencilla, y en un mundo tan digital donde ningún secreto está a salvo, la mayoría de los gags fueron descubiertos en los cientos de avances de tv e internet. Esto quizá a los niños, quienes son el principal objetivo de la película les tiene sin cuidado, pero a los padres les genera una sensación de aburrimiento de haber visto una y otra vez lo mismo. Lo mejor sin duda son todas las referencias vampíricas a la historia del cine, desde Bela Lugosi hasta Coppola. Pero es justo el clímax de la historia, cuando aparece el abuelo Vlad, donde la película se torna seria y hasta tenebrosa (prueba de ello es que en la sala de cine los pequeños gritan y lloran a partir de este momento) como queriendo rescatar a los padres que han soportado una hora de chistes infantiles algunos buenos y
otros no tanto.
Pero como ya lo hemos mencionado, el objetivo son los pequeños y cumple en mantener entretenidos a estos, al tiempo que la historia de ser padres sobreprotectores puede que alcance a algunos progenitores, a otros no tanto. La animación no sorprende y el 3D no aporta nada a una película a la que le falta mucho para convertirse en clásico infantil