Todo comienza con un prólogo a fines del siglo XIX a cargo del mítico Van Helsing (Voz original de Jim Gaffigan) a quien siempre intentan matarlo pero fracasan una y otra vez. Finalmente cae en el mar y nada se sabe de él.
Luego la acción se traslada a la actualidad, Drácula (voz original Adam Sandler) cuida su hotel, a Mavis (Selena Gomez), su hija, a la que adora y de la que siempre está pendiente y ahora que se casó obviamente se suma su yerno Johnny y sus nietos.
Su hija Mavis ama a su Papi y nota que se siente solo, y junto a sus amigos organizan un viaje sorpresa en un crucero que irá desde el Triángulo de las Bermudas, pasando por un volcán subacuático hasta la ciudad perdida de Atlántida.
Inician un viaje increíble en el que va toda la familia más todos monstruos (humanizados), en ese paseo Drácula conoce a la Capitana del Barco, Ericka (Kathryn Hahn), es amor a primera vista, pero esta tiene otras intenciones, mandatos y secretos.
Este film tiene un corte bien familiar, es divertida, entretenida, con enredos, chistes efectivos y varios mensajes entre ellos: lo importante que es la familia, el compartir, el amor, el encontrar nuestro lugar, el no a la discriminación, que no hay que guiarse por las apariencias y sobre todo que todos somos iguales. Hasta hay un homenaje a los Gremlins, entre otras situaciones y un perro gigante muy travieso.
Si bien la pasas muy bien por lo citado anteriormente y se le suman varios números musicales con canciones estupendas, su guión es un poco flojo (fue mejor la segunda entrega), por momentos resulta algo reiterativa en sus chistes y situaciones, algunos personajes se encuentran poco aprovechados como el de: Johnny (voz original Andy Samberg), el hombre invisible Griffin (David Spade), entre otros. Pero en conjunto resulta eficaz, con una animación de calidad, diseño de personajes y ante un final abierto, solo nos resta esperar “Hotel Transilvania 4” para el 2021.