La animación vale más que el guión
Este film es un ejemplo perfecto de cómo a veces la estética de animación avanza mucho más allá de la idea narrativa, que se queda totalmente atrás. Es que los monstruitos animados son personajes mucho más interesantes de lo que puede aprovechar este guión meloso inclusive para los chicos que ya están acostumbrados a ver cosas mas ácidas y corrosivas en films como los de Tim Burton o las producciones de Pixar, que no por estar enfocadas al público infantil se ven obligadas a ser ñoñas.
En «Hotel Transilvania», Genndy Tartakovsky, creador productor ejecutivo y también director de series animadas de nivel superior como «El laboratorio de Dexter», «Samurai Jack», «Las chicas superpoderosas» o inclusive la versión animada de «La guerra de las galaxias» se pone por primera vez a cargo de un largometraje, y si bien en el estilo de los dibujos y el diseño de los personajes se nota su talento de siempre, lamentablemente el guión no lo ayuda mucho, pese a que la idea tenía sus posibilidades, ya que una reunión en una especie de resort para criaturas de la noche, con Dracula invitando a la Momia, El hombre Invisible y una familia de licántropos para festejar un cumpleaños no deja de ser divertida. Sólo que una vez pasada la presentación, la historia empieza a centrarse en las relaciones familiares de los monstruos y todo se vuelve demasiado parecido a docenas de películas infantiles, animadas o no. La voz de Dracula a cargo de Adam Sandler y la participación de otros actores como Steve Buscemi debe ayudar bastante, algo que obviamente no se puede percibir en la versión doblada al castellano.