Tras la experiencia de Los Labios (conjunta con Santiago Loza), Fund viaja nuevamente al interior del país, precisamente a su pueblo natal de Entre Ríos para “contar” dos películas. Por un lado, la historia de una familia de jóvenes costureras.
Esta primera parte, de este grupo de hermanas/amigas tiene un tratamiento estético similar a Los Labios, pero con menor carga social. Es un retrato de costumbres, rutinas, sentimientos compartidos narrados con un estilo seudo documental. El hilo narrativo es mínimo. Hay una búsqueda (que no voy a develar) y un “miedo” latente. Honestidad y sencillez. Fund utiliza la cámara como una testigo de los acontecimientos cotidianos de la vida.
La segunda parte de la película es menos severa y más autoconsciente. De hecho se parece a un backstage de la primera historia, aunque la primera sucede temporalmente posterior a la primera, a pesar de que comparten personajes. El viaje de un equipo de rodaje. También se registran los vínculos familiares y entre el diario de filmación se filtra una mínima historia.
En la observación de lo cotidiano se extrae lo extraordinario. Quizás por buscar siempre, ese conflicto, ese elemento que se sale de la rutina no observamos el contexto que nos rodea. Algo que parece interesarle a Fund. Lo otro, lo que pasa atrás.
A diferencia de algunos colegas, yo creo que existe “algo” en Hoy No Tuve Miedo: una búsqueda estética, una forma de representar cosas que no se ve, una búsqueda de un lenguaje que no es convencional, pero a la vez es sencillo y directo, de pura contemplación.