La película narra la historia de David Samarás, alias “El Griego” (Leonardo Sbaraglia), workaholic, productor de un talk show televisivo y con cero responsabilidad afectiva. Tiene un hijo, Benito (Benjamín Otero), fruto de un fugaz romance con Silvina (Natalia Oreiro). Luego de una discusión, Silvina pierde la vida y él se entera que Benito no es su hijo biológico. Aquí es cuando empieza la gran odisea de “padre e hijo” buscando a su progenitor hasta debajo de las piedras. Estas idas y vueltas son las que suman miles de puntos en la comedia ya que, cada potencial padre con el que se cruzan, tiene un bagaje ridículo alrededor que hace pensar en el viejo refrán “mejor malo conocido que bueno por conocer”. A todo esto se suma la amiga de Silvina y coach del niño (Charo López) como una gran compañía para estos dos.