Documentalista homenajea a documentalista
Fermín Rivera (“Pepe Núñez, luthier” – 2005) se acercó al documentalista Jorge Prelorán, comenzó a conocerlo y reconocerlo personalmente con entrevistas y luego empezó la factura de este documental que es un verdadero homenaje.
Prelorán cuenta en las primeras escenas algunos aspectos de su personalidad, de su entrega al género documental, a los motivos de elegir determinados temas. Además revela la forma en la que preparaba sus obras cinematográficas con el paso a paso de los lugares y de la gente con una convivencia que lo enriquecía como artista y como persona.
Una obra cinematográfica técnicamente bien realizada, amena aunque a veces el ritmo decaiga un poco, pero sin golpes bajos.
Hay pasajes de algunos memorables documentales de Jorge Prelorán para deleite del espectador.
El homenajeado vivió con un perfil bajo, absolutamente sin estridencia, sin ambiciones desmedidas en cuanto a las consecuencias de sus obras. Y por otro lado sufrió las penurias de ser perseguido políticamente sin saber por qué.
El espectador puede sacar sus conclusiones de por qué se lo persiguió y en la práctica se lo expulsó del país con tan sólo ver sus documentales, algunos que muestran la vida de personas que no tienen privilegios y que son auténticas y otros que revelan al mundo las riquezas de la naturaleza que deben protegerse y cuidar.
Rivera no vaciló a la hora de homenajear que corría el riesgo de que este documental fuera comparado con los que realizó su homenajeado, pero el haber rescatado la figura de Jorge Prelorán, mostrarlo en pantalla poco antes de que muriera, destacar su obra, enseñar cómo la realizaba, donde y por qué, ya hacen que la obra que se comenta tenga brillo propio y sea muy recomendable.