Desde hace años Edward Norton venía tratando de llevar a la pantalla novela de Jonathan Lethem, que cuenta la historia de Lionel Essrog “Brooklyn”, un chico rescatado del orfanato por el investigador privado Frank Minna (Bruce Willis), quien lo usa para sus trabajos junto a tres chicos más pertenecientes al mismo orfanato. Lionnel es el más débil del grupo pero a la vez es una especie de mente brillante salvo que está en un envoltorio lleno de tics y de problemas. La afección de Lionnel no tiene un nombre específico, pero él lo describe como que su cerebro tiene una parte dislocada que se hace trizas a cada rato, lo que de todas maneras no evita que recuerde todo o que razone y pueda resolver casos. En el comienzo de la película, el investigador privado al que Lionnel venera muere en un situación confusa y las dos horas veinte del resto del relato están dedicadas a la resolución de esa muerte.
Estamos ante un policial negro clásico con mucho de cliché, que pese a las buenas actuaciones y a un diseño de arte que nos ubica en la Nueva York de fines de los ´50, se vuelve un poco agotador. Norton escribió el guión, dirigió y hace de Lionnel, una especie de maratón de la que sale apenas indemne.
No se puede decir que sea una mala película, pero los últimos veinte minutos se hacen difíciles de remontar, incluso con la presencia de dos grandes como Alec Baldwin y Willem Defoe, que aportan lo suyo. Ayuda bastante a la trama la banda sonora, porque buena parte de la historia se desarrolla en los clubes nocturnos donde las estrellas de jazz de esa época brillaban.
HUÉRFANOS DE BROOKLYN
Motherless Brooklyn. Estados Unidos, 2019.
Dirección y Guión: Edward Norton. Elenco: Edward Norton, Willem Dafoe, Alec Baldwin, Gugu Mbatha-Raw, Bobby Cannavale, Bruce Willis, Ethan Suplee, Cherry Jones, Dallas Roberts, Josh Pais. Producción: Edward Norton, Gigi Pritzker, Rachel Shane, Robert F. Smith, Michael Bederman, Bill Migliore y Daniel Nadler. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 144 minutos.