Edward Norton se pone una vez más tras las cámaras para relatar las vicisitudes de un grupo de investigadores privados decadentes que se ven envueltos en una espiral de violencia. La composición de Norton, el revisitar el policial negro y recuperar un estilo específico de narración, que además se aggiorna con la incorporación del humor desde detalles simples como el tourette que padece el protagonista.