Pocas películas son tan malas y divertidas al mismo tiempo como “The Hurricane Heist” (2018). Rob Cohen (“xXx”, “The Fast and the Furious”) nos ofrece un gran cóctel de sinsentido que ofrecerá un entretenimiento asegurado de sábado a la tarde. El largometraje nos remite un poco a esas películas que de chico uno descubría en la televisión de aire y que le parecían espectaculares, pero que al revisitarlas de grande descubre que no era tan buena como el recuerdo en sí.
Cohen nos trae una película que combina el cine catástrofe con las cintas de acción, donde un grupo comando intenta robar un establecimiento mediante un cuidado planeamiento del atraco. Una mezcla bastante poco probable e inverosímil que busca yuxtaponer películas del estilo “Twister” (1996) y “Hard Rain” (1998) con la fórmula de las heist movies. Una trama bastante absurda y tirada de los pelos que recuerda un poco a aquellas producciones de clase B al estilo SyFy Channel.
El largometraje cuenta la historia de una banda de ladrones que intenta realizar un ambicioso robo al Tesoro de Estados Unidos para hacerse con un botín de 600 millones de dólares. Mientras tanto, un huracán categoría 5 se acerca al lugar.
Los protagonistas de esta historia son la agente del tesoro Casey (Maggie Grace), quien se encuentra en el recinto, pero tras una falla en el motor del sistema debe salir a buscar a Breeze (Ryan Kwanten), un ex marine que realiza trabajos de reparación. Por otro lado, su hermano Will (Toby Kebbell) es un meteorólogo experimentado que viene a convencerlo para abandonar la ciudad antes de que sea demasiado tarde. Este trío deberá tomar cartas en el asunto y decidir cuáles serán sus planes para salir ilesos tanto de los peligros del grupo comando como de la madre naturaleza y su poderoso huracán.
La cinta falla en bastantes aspectos como por ejemplo el endeble verosímil que intenta erigir. Por más de que la trama se tome ciertas libertades, diversas cosas resultan poco plausibles como que los protagonistas derriben el techo vidriado de un centro comercial y que todos los oponentes salgan volando debido al huracán pero ellos resulten ilesos gracias a un pequeño arnés que los sujetaba al shopping. Por otro lado, los diálogos son bastante pobres en términos de escritura e interpretación y muchas veces se tiende a la sobre explicación de las cosas para justificar ciertos elementos que se dan solo a fines convenientes para el desarrollo de la historia.
En lo que respecta a los aspectos técnicos, si bien el CGI y los efectos visuales son bastante rústicos debido al escaso presupuesto de la obra, logran ser decentes en lo que respecta a espectacularidad. Lo que sí deja un poco que desear es la edición, que por momentos se la nota un poco atolondrada y no consigue construir bien el espacio y/o las secuencias de acción, a modo de ejemplo, en la escena de persecución final, las distancias entre los camiones se acorta de un plano a otro de manera inadmisible y absurda. Además, quizás la película se siente un poco más extensa de lo que debería.
No obstante, “Huracán Categoría 5” es de aquellas películas que si uno desconecta el cerebro y se deja llevar por las secuencias de acción, puede llegar a pasar un buen rato. Probablemente no sea de aquellos relatos para disfrutar en el cine sino más bien un domingo a la tarde lluvioso en la tele.