¡Huye!, de Jordan Peele
A Jordan Pelee se le filtra la comedia. A sabiendas de que entre los géneros el terror tiene fama de ser difícil, este reconocido actor (y voz) de múltiples personajes de comedia apuesta por una propuesta compleja.
Los primeros minutos prometen, pero pronto nos desconectamos al perder la empatía con los personajes. Chris es negro y sensiblemente, lidia con la compleja situación de tener una novia blanca, Roce. Ciertas categorías hacen de sostén resonando en la trama: afroamericano, caucásico, etc. No resulta difícil perder la conexión con la historia, se dificulta la empatía en la lejanía de lo que se entiende por discriminación. La diferencia entre nuestra idiosincrasia y la idiosincrasia yankee pesa y le cuesta caro a la película. Aun así y a pesar de no estar plenamente interiorizados en el tema, la historia se sigue.
Tocando una temática de corrección política extrema, como lo son los problemas raciales en EEUU, Pelee por momentos pierde el estribo. Lo que se plantea como un film de terror, roza lo absurdo y confunde continuamente. Hipnosis, cirugías craneales, robo de cuerpos: temáticas del más clásico cine de clase B, que con nostalgia vemos fracasar en la pantalla.
La historia norteamericana tiene muchas zonas de conflicto, y la esclavitud afroamericana da tela desde hace rato para las producciones cinematográficas de resonados nombres. Esta propuesta no se aleja de las anteriores, sin poder desembarazarse de lugares comunes a los que arriba el tema. El ario señor siempre encuentra nuevos modos de someter y hacer de su propiedad la fuerza, el cuerpo y el alma de la hermandad negra.
Un cast compuesto por caras conocidas, de ciertas series, compone una escena plagada de caricaturas. Ciertamente hay que destacar el trabajo musical que propone la película, único complemento que logra dotar de dinamismo y tensión a las escenas. Sin ningún tipo de incomodidad, ¡Huye! nos expulsa, sin llegar siquiera a ser provocadora.
¡HUYE!
Get Out. Estados Unidos, 2017.
Guión y dirección: Jordan Peele. Intérpretes: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford y Caleb Landry Jones. Fotografía: Toby Oliver. Edición: Gregory Plotkin. Música: Michael Abels. Diseño de producción: Rusty Smith. Duración: 104 minutos.