Un pibe descubre que sus padres no son sus padres. Eso podría dar lugar a un drama, pero esta es una película de espías, conspiraciones, secretos dentro de secretos y saltos en edificios para salvarse de las balas. Podría pensarse en algo así como una versión adolescente de la triología Bourne, y es -tememos- un lugar común esa comparación. Como no hay historias originales, veamos lo que tenemos: un film de acción no demasiado inspirado, bien actuado por los veteranos (Sigourney Weaver, Alfred Molina) y que se disuelve al salir de la sala.