Igor es una película de animación que tiene algo de El extraño mundo de Jack: humor en un mundo de monstruos y científicos locos, pero con mucho menos romanticismo. A cambio, ofrece no pocos chistes construidos de forma cinematográfica, con movimiento y confianza en la imagen, y la comprensión de que cuando se narran mundos fantásticos hay que creer en esos mundos (y no vivir guiñando el ojo con referencias obvias y yermas, como en la insoportable Planet 51).