Si la adaptación fílmica de la comedia francesa Le prenom se quedó corta, aquí está la versión italiana, que recrea los mismos escenarios, las mismas situaciones y un par de, digamos, innovaciones. Pero no son muchas, ni relevantes. Por empezar, la tensión del grupo de amigos reunidos en una cena, que arranca con la discusión acerca del nombre que tendrá el bebé de Paolo (Alessandro Gassman), se matiza con imágenes de los mismos en la adolescencia, e incorpora a los hijos de Sandro (Luigi Lo Cascio) y Betta (Valeria Golino), la pareja anfitriona. La adición parece un exceso a la italiana, innecesario, pero el protagonismo del hijo de Vittorio Gassman remite un poco a La familia de Ettore Scola, y las intenciones de alejarse de la versión francesa, demasiado teatral, entregando un producto más fílmico, se agradecen en primera instancia. El problema es la redundancia. En la versión original, el nombre que produce urticaria es Adolfo; en esta, Benito. Para rematar tamaña obviedad, los personajes lucen estereotipados, y se pierde la oportunidad de ver a grandes intérpretes como Lo Cascio o el propio Gassman.