Comedia francesa… a la italiana
Lograda remake de Le prénom (El nombre) por parte de Archibugi.
La obra de teatro Le prénom (El nombre), de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, ha tenido un sonoro éxito. Además de representarse en Francia y en Buenos Aires, ya tiene dos versiones cinematográficas: El nombre (2012), dirigida por los propios autores, y ahora esta remake de Francesca Archibugi que la traslada al contexto italiano.
Más allá de parecidos y diferencias, la obra mantiene su interés por plantear una variedad de temas arquetípicos referidos al simbolismo del nombre, la familia y la amistad, sin que pesen demasiado las características o sensibilidades peculiares de cada país, más allá de ciertas referencias locales como al excelente vino Sassicaia, o a la música de Lucio Dalla.
Cinco personas se reúnen a cenar en casa de una pareja en crisis, ella (la excelente Valeria Golino) hermana de otro de los comensales (Alessandro Gassman, hijo de Vittorio), que pronto va a ser padre, su esposa y un amigo común. Todos se conocen de casi toda la vida y, mientras comen, conversan y discuten, el pasado vendrá una y otra vez en forma de flashbacks, alternando presente y pasado, madurez y juventud, cinismo y frescura, interior y exterior, con distintos tratamientos cromáticos. Con todo lo cual se atempera el carácter teatral del film, que evita así caer en espacios claustrofóbicos.
La conversación pondrá de relieve diversos problemas y prejuicios sobre el valor de los nombres, la relación matrimonial, el menosprecio a la mujer por parte de los pseudo progresistas que se resisten a dejar su machismo, la literatura, la política italiana, la homosexualidad, etc. En este sentido, constituye un logro el personaje de la cuñada (Micaela Ramazzotti), una mujer de otro ámbito, más marginal, social e intelectual, que se revela de un nivel humano superior al de los intelectuales pequeño-burgueses.
Si el film francés ponía el acento en la comicidad de diálogos y situaciones, el italiano se apoya en el dramatismo de los mismos. En suma, una lograda remake, aunque siempre queda la pregunta sobre el sentido de las mismas. ¿O es que pesa tanto el nacionalismo?