Ilse Fuskova es una verdadera leyenda dentro de la militancia lésbica y feminista. Pero tal vez la palabra leyenda se colocarla en un lugar de homenaje y a la vez de distancia. El documental que lleva su nombre rompe todas las barreras y la vuelve humana, cercana, y por lo tanto aun más enorme. Su imagen pública la encontró en una militancia con un discurso político siempre bien estructurado y sólido, esta película completa su imagen contando su historia completa, algo difícil de hacer cuando se trata de militancia en los medios.
Su proceso de reconocimiento como lesbiana y las luchas contra un feminismo preocupado por quedar asociado exclusivamente al lesbianismo. Aunque siempre la lucha principal es contra la invisibilidad de las lesbianas, contra el machismo y contra la lesbofobia. Feminismo lesbiano de verdad, de las épocas difíciles, de arrancar desde cero, en una supuesta soledad, aunque en realidad solo se trataba de que las lesbianas se pudieran reconocer entre sí.
La película sí es un homenaje, pero más que nada es una exposición de una persona enorme. Hoy la militancia es diferente y muchas se han vendido al poder político, renunciando a mantener esas luchas sin importar el poder. Pero Ilse lo hizo contra viento y marea, peleó por los derechos lesbianos y fue, junto contras personalidades de aquella época, como su pareja Claudina Marek o Mónica Santino, a la televisión a debatir un tema que en aquel momento era muy complicado de tratar. Un hallazgo brillante es cuando se lo ve en uno de los videos de archivo al Padre Grassi, cura condenado años más tarde por abuso sexual y corrupción agravada de menores, discutiéndole a Ilse sobre lo incorrecto de la homosexualidad.
Hay pocas películas en Argentina que cuenten la historia de las lesbianas en nuestro país. Una excepción es Lesbianas de Buenos Aires (2003) donde aparecen algunos rostros que también están acá. Y en los últimos años la ficción ha incorporado más historias de lesbianas hasta volverlas parte de la ficción. Mirando hacia atrás, se vuelve evidente hasta qué punto Ilse Fuskova fue una pionera, una mujer extraordinaria, una lesbiana que ayudó a que la sociedad mejore y avance. Este documental le hace justicia y todo el mundo debería verlo si quiere saber como es su historia.