La Ley de Medios desde el Cine
Imágenes del Tío Sam (2012) aborda la discusión por la Ley de Servicios Audiovisuales desde el cine de Hollywood y su poder de dominación cultural. Para tal fin hace un racconto histórico del espacio que ocupan las producciones norteamericanas en las salas de Argentina, y la lucha de la industria nacional por una competencia que la ubique en equidad de condiciones.
“El problema no es lo que piense el imperio, sino lo que el imperio piense dentro de mi cabeza” dice uno de los entrevistados, abriendo el debate ideológico que propone la ley de medios en cuanto al cine que consume la mayoría de los argentinos. Una discusión que define dos modelos de país “el nacional y el dependiente” según afirma otro entrevistado.
Daniel Stefanello dirige este documental que afronta, con valentía y como nunca antes, la imposición hegemónica del cine norteamericano en todo el mundo. Una historia que viene desde 1920, que sigue instalada hoy en día y sólo la ley de medios empezaría a modificar. Un tema no menor si de patrimonio cultural hablamos.
Imágenes del Tío Sam tiene su punto fuerte en la síntesis histórica que realiza acerca de cómo Hollywood construyó su hegemonía global. Un trabajo de dominación y sometimiento que las grandes cadenas de cine denominadas “majors” fueron haciendo desde principios del siglo pasado y continúa hoy en día con el objetivo de abarcar todo el mercado comercial y cultural de cada región. Los distintos intentos de Perón, Illia y el gobierno actual por recuperar espacios y con ellos el poder simbólico de la imagen.
El cine de Hollywood es un cine de consumo, analiza un entrevistado, dando una explicación arquitectónica de la estructura de las salas dentro de los Shopping Center. Escena genial por su carácter didáctico, analiza la dimensión de los complejos multisalas como partes de una industria cultural digerida como comida rápida. “De los pasillos del shopping y sus locales entramos al complejo como si se tratara de otra dimensión, los colores y la luz cambian, entramos a un mundo de fantasía preparado para espectadores consumidores”. Y si prestamos atención a uno de los planos del documental, nos asombramos por su poder de síntesis: vemos la fachada exterior de Norcenter Shopping (Ex Showcenter norte), en la cual se leen las marcas Imax Theatre, Clarín, McDonalds y Carrefour. Toda una declaración de principios que remiten al modelo de país dependiente. Y no hace falta decir dependiente de qué.
Otro momento revelador en su intención de generar consciencia, es cuando pregunta por el dibujo que aparece sobre el final de los créditos de las películas americanas. Aquel que engloba una serie de bobinas en medio del globo terráqueo, aludiendo “al cine del mundo”, logotipo de la MPAA (Asociación de Productores y Distribuidores Cinematográficos de America). Todos lo vemos infinidad de veces sin detectarlo, como a las palmeras en medio de los patios de comida de los Shopping Center. Están ahí, frente a nuestras narices y sin embargo no las percibimos, como tampoco a la gran variedad de discursos dentro de la imagen con el único fin de promover tal dependencia.
Un documental construido desde la resistencia cultural, necesario y revelador para enfrentar aquellas formas de dominación cultural que no vemos ni detectamos a simple vista pero que están presentes en todo momento y de manera sumamente eficaz.