En 2004, Rodrigo Torres y Pablo Saldias tenían quince años. Eran alumnos y compañeros en una escuela de Carmen de Patagones (una ciudad al sur de la provincia de Buenos Aires). Un día como cualquier otro un compañero de clase les disparó con el arma que le robó a su padre militar.
Hoy, Rodrigo y Pablo tienen más de treinta años. En Implosión se interpretan a ellos mismos en una ficción construida a partir de una hipótesis: viajar más 1000 kilómetros para intentar reencontrarse con aquel compañero de clase al que los une un pasado doloroso. “Implosión” narra un viaje incierto que devela cómo los dos protagonistas lidian con ese pasado a través de la ficción.