El 28 de septiembre de 2004, la ciudad de Carmen de Patagones fue escenario de una masacre escolar. Rafael Solich (apodado Junior), de 15 años, irrumpió en el aula del colegio, sacó un arma y abrió fuego. El resultado: tres muertos, cinco heridos y, sobre todo, una mancha oscura, profunda, en una comunidad no habituada a episodios terribles, más propios de países desarrollados.
Implosión nos lleva a Carmen de Patagones en la actualidad. Al principio parece que estaremos ante un documental de observación: luego de una secuencia de créditos compuesta por imágenes de archivo, un grupo de sobrevivientes hablan ante los alumnos de un curso, para invitarlos a una jornada de concientización. Los ahora adultos parecen maduros y estoicos frente a adolescentes que hasta se atreven a cuestionarlos (“¿Ustedes lo bardeaban?”, pregunta uno de ellos). De ahí en más, la cámara se centra en Pablo y Rodrigo, dos de los que padecieron aquella jornada de horror y vivieron para contarlo. Ambos están lejos de haber superado el trauma. Saben que Junior está libre, está en una ciudad cercana y se proponen buscarlo para hacer justicia.
A partir de este giro, el director Javier Van de Couter, junto a la co-guionista Anahí Berneri, toma un camino arriesgado. Pablo y Javier siguen siendo Pablo Saldías Kloster y Rodrigo Torres, los verdaderos sobrevivientes de la masacre, pero se mueven en un formato de ficción, mezcla de road movie y thriller de búsqueda y venganza. Un caso cercano es el de 15:17 Tren a París, de Clint Eastwood, quien contó con los mismos jóvenes que protagonizaron el hecho verídico en el que se basa la película. Pero Van de Couter va aún más allá: a partir de la historia verdadera, y con dos de las personas reales, construyó una ficción que no olvida su fuente ni le falta el respeto.
Otro mérito de Van de Couter y Berneri es la manera de retratar a los protagonistas. Lejos de ser unos entes deshumanizados que reclaman la sangre del verdugo, conservan su humanidad. Aquí la clave son dos chicas y su grupo de amigos. Ellos sacan lo mejor de Pablo y de Rodrigo, además de que permiten comprobar el impacto de la matanza en las nuevas generaciones.
Implosión presenta la otra cara de la hoy denominada Masacre de Carmen de Patagones, y lo hace con una audaz mezcla de registros. Al mismo tiempo, funciona como un testimonio de los alcances de la violencia y la perdurabilidad del dolor.