La historia de un genocidio olvidado
El exterminio de los pueblos originarios y sus secuelas son el eje central de Inacayal, la negación de nuestra identidad (2011), documental de Myriam Angueira y Guillermo Glass que toma como referencia al Cacique Modesto Inacayal para sacar a la luz una verdad que se contradice con la historia oficial.
A través de los testimonios de las comunidades Tehuelche Mapuche de la Provincia de Chubut, junto a los de historiadores e investigadores, los realizadores arman el rompecabezas que rodea a la historia del genocidio que terminó con la vida de cientos de aborígenes y la ocupación de sus tierras, a la vez que trazan un paralelismo con la última dictadura militar.
“Roca quería algo épico, quería ser Napoleón. Doscientos hombres le bastaban pero llevó seis mil. Fue una campaña de exterminio que fue cofinanciada por la Sociedad Rural y firmada por el bisabuelo de Martínez de Hoz”, dice una de las voces durante el documental. El resultado es un genocidio atroz y millones en tierras regaladas a terratenientes y familias acomodadas de la época.
Pero la historia no termina ahí. Modesto Inacayal - y otros tantos- fueron a parar después de muertos al Museo de la ciudad de La Plata para ser investigados, como si se trataran de seres extraños o de otro planeta. La segunda línea de este documental está puesta en la restitución del cuerpo para poder cumplir con los rituales y descansar en paz en su tierra. Reparación que en parte recién se consigue en el año 94 cuando le son devueltos a sus descendientes solo una parte de sus huesos, ya que el cerebro y parte del cuero cabelludo aún son parte del museo platense.
Inacayal, la negación de nuestra identidad no es solo un documental de los que buscan rescatar la historia negada, sino que además está planteado desde lo cinematográfico con un formato dinámico y efectivo que le escapa a lo televisivo y al lugar común en el que muchas veces caen ciertas películas de este tipo.
Hay genocidios en los que se gastan miles de palabras, litros de tinta y kilómetros de fílmico para hacer películas que lideran la taquilla. Mientras que hay otros de los que nadie habla, los gobiernos pasan y no los reconocen como tales, los periodistas parecen evitar el tema y el cine…el cine solo se acuerda de ellos en alguna que otra película como Inacayal, la negación de nuestra identidad.