Incomprendida

Crítica de Diego Brodersen - Página 12

Casos y cosas de la infancia

El film de Asia Argento muestra a una sobreviviente de la falta de atención, de la desidia y del maltrato de quienes deberían guiarla en el camino hacia la adolescencia. Afortunadamente, la directora jamás carga las tintas o intenta encaramarse en la denuncia. 
Con Incomprendida, su primera película en diez largos años, Asia Argento confirma con creces tres cosas: su innegable talento como realizadora, el interés renovado por los casos y cosas de la infancia y una incapacidad para amoldarse a formatos preestablecidos que va mucho más allá de la simple rebeldía. Como el joven Jeremiah en El corazón es engañoso por sobre todas las cosas, Aria es una sobreviviente de la falta de atención, de la desidia y del maltrato de quienes deberían guiarla en el camino de la infancia a la adolescencia. A pesar de eso, y como en aquella otra película, Argento jamás carga las tintas o intenta encaramarse en el cómodo reducto de la denuncia, intentando comprender (eso que el título anticipa como imposible) a propios y ajenos, a la protagonista pero también a sus hermanas y a sus padres: una pianista profesional (Charlotte Gainsburg suma así al italiano a su lista de idiomas en pantalla) y una estrella del cine y la tevé (Gabriel Garko).A Aria –personaje que comparte el nombre legal de nacimiento de Asia– la abandonan varias veces a lo largo de su pequeño gran derrotero. La abandonan y la ignoran, incluso la echan varias veces de sus dos hogares, el de la madre y el nuevo departamento del padre, ambos recientemente separados. Un gato negro que Aria encuentra en la calle le sirve de consuelo, al menos durante un tiempo; lo mismo ese grupo de jóvenes con los cuales pasa una noche a la intemperie, probando por primera vez una cerveza y un porro. Por supuesto que está la inseparable amiga del colegio, aunque como tantas amistades de la infancia (y no tanto) siempre se corre el riesgo de que su intensidad merme o incluso desaparezca por completo ante cualquier inestabilidad o vaivén emocional.Por momentos, Asia Argento parece registrar situaciones con alguna clase de ideal de realismo cinematográfico en la mente, sensación que rápidamente se desvanece ante un ralenti tan irónico como inesperado, una explosión de colores primarios que parecen sacados de una película de su padre Dario o la aparición de la fantasía más desorbitada, como el minifilm de Barbie y Kent que irrumpe a partir de un juego de las chicas. Como ocurría en El corazón es engañoso..., aunque con un novedoso sentido del humor que hace que muchas situaciones duras atraviesen la garganta de manera menos dolorosa, Incomprendida puede leerse como un relato infantil e incluso un cuento de hadas sin hadas, teñido por los colores chillones de esos años ’80 que son el telón de fondo de la historia. Aria (gran actuación de la jovencísima Giulia Salerno) enfrenta con angustia y lágrimas, pero una entereza notable, toda clase de olvidos e incomprensiones y, en ese sentido, se encuentra mucho más cerca del Antoine Doinel de Tru- ffaut que del Andrew de Incompreso, el film de Luigi Comencini con el cual dialoga indirectamente a partir de la referencia a su título.La infancia para Argento es un campo minado, lleno de situaciones incomprensibles, para el cual nadie parece estar preparado. Pero también es una reserva de pureza o, al menos, de candor, que la hermanastra mayor de Aria –algo así como La Reina Rosa– parece haber perdido definitivamente, encaramada en una torre de egocentrismo conquistada luego de años de práctica junto a la madrastra y, sobre todo, a Papá. Aria escribe y escribe bien (como Asia en su infancia, otro elemento no tanto autobiográfico en un sentido estricto como autorreferencial), y gana un premio escolar por ello. Y en ese momento es una chica normal, inteligente, linda y llena de vida. Porque si los padres de la protagonista distan del imaginario de familia “normal” al cual, dicen, se suele aspirar en mayor o menor medida (de hecho, exceden cualquier clase de categoría, incluso la de disfuncional), Incomprendida parece afirmar que la infancia de Aria es, más allá de la intensidad de las situaciones, bastante común. Es decir: mágica, trágica, feliz, triste, llena de sorpresas, anhelos y frustraciones.