Cuando los niños miran e interpelan
La directora italiana impacta con un un film con reconocibles guiños autobiográficos. Cuenta la historia de la pequeña Aria que pendula su existencia en un clima de inminente separación. El desconcierto y el dolor la acompañan en su ininterrumpida soledad.
En 1984, también en Roma, lugar y año en el que transcurre este film, su realizadora, Asia Argento contaba con nueve años de edad. Hija de uno de los máximos exponentes del cine policial y de terror italianos, Dario Argento y de la actriz Daria Nicolodi, Asia Argento nos ofrece en este, su último largometraje, un retrato que podría llegarse a pensarse como una aproximación a su propia autobiografía. Y es que al igual que ella, la joven protagonista de este film, Giulia Salerno, que asume el rol de la tan incomprendida Aria, nos recibe en ese tan ajeno mundo a sus necesidades, a la edad de nueve años.
Y es que la pequeña Aria pendula su existencia en un clima de inminente separación, ubicándose en el medio de sus otras dos hermanas; cada una de ellas, hija de sus respectivos padres en una relación anterior. En esa atmósfera de disputas, en el que su padre ya no es reconocido como ese actor que alguna vez fue, reaccionando violentamente y una madre concertista que escapa en la noche para reunirse con un nuevo amante, ante su propia mirada, el desconcierto y el dolor la acompañan en su ininterrumpida soledad.
Es la mirada de la niña la que su realizadora nos hace llegar para que la acompañemos en su itinerario. El afiche nos la muestra, junto a su querido gato, en ese deambular con un bolso en la mano. Y es esa mirada la que nos va a acompañar tras esos rechazos y olvidos. Será esa mirada la que irá captando la extrañeza de ese mundo que la rodea sin reparar en su frágil presencia; excepto en el espacio de otras orillas.
Desde el título, "Incomprendida" rinde tributo a un film de casi igual homonimia de aquellos años sesenta. En 1967, uno de los más relevantes directores que volcó su mirada atenta y sensible hacia el mundo de la niñez, Luigi Comencini, estrenaba en el festival de Cannes, "El Incomprendido" ("Incompreso Vita col figlio"). Ahora, en el afiche original de este nuevo film, las letras del título están planteadas en un mismo color; todas las letras, menos una, la última, la que establece la cuestión del género, la que define la oposición masculino femenino, según las reglas gramaticales. En el film que hoy comentamos, es la última letra, la a, la que se diferencia desde otro color.
Desde este señalamiento, podemos entonces tender un puente hacia aquel film tan valorado y consagrado con el David de Donatello a la mejor dirección. En el mismo, a partir de un guión escrito a cinco manos, basado a su vez en la novela "Misunderstood" de Florence Montgomery, se nos narra un conflicto familiar que se centra en la figura de un cónsul inglés en Italia, padre de dos hijos, quienes comienzan a experimentar un vacío ante la muerte de la madre. Sólo uno de ellos, el menor, merece la atención por parte de los mayores; mientras que el otro, es empujado a la soledad, lo que lo llevará a una situación límite. En un film posterior de 1980, el mismo Comencini estrena "Voltati, Eugenio" y en él, un hijo de padres de la generación del 68, (distantes del menor, atentos sólo a su grupo de amigos), sólo cuenta con un único confidente, su perro.
Estos dos films, al igual que el tan valorado por Asia Argento, "Los cuatrocientos golpes" de nuestro admirado Francois Truffaut, parecen estar en el proyecto de esta muy valorable obra, que, afortunadamente, ha conocido sala de estreno en nuestro país, tras su presentación en la última muestra del Bafici.
La mirada de la pequeña Aria nos va acercando a esa escenificación de la vida familiar a través de su desconcierto, de su sentimiento de que allí no es tenida en cuenta, no es escuchada. Su figura rebota en ese espacio en el que sus palabras parecen perderse en el vacío. Y será su voz en "off" la que irá pautando ese sentimiento de extrañeza, de no saber a qué espacio pertenece. En su salir a la calle, junto a su gato, el orillar otros ámbitos, (luego de haberse cortado el cabello a la manera de su mejor amiga, la perfila como esa joven cenicienta empujada a la calle, por sus dos quisquillosas y engreídas hermanastras.
Y junto a ella, y en ella, no sólo su gato sino su potente y colorida imaginación, esa llave maestra que desde su condición de niña incomprendida, le permite escapar del maltrato y la indiferencia. Este nuevo film de Asia Argento, actriz y directora asociada a historias de crueldad y desbordes, (algunas de ellas muy bizarras), se puede considerar desde sus propias palabras como "un álbum de recuerdos".
En conferencia de prensa en Cannes, la actriz comentaba, que no sólo el cine de Truffaut y el de Comencini habían inspirado su obra; igualmente, algunas obras de Ingmar Bergman, en lo que hace a su estructura dramática, en lo que caracteriza al universo personal de un niño, tal como el joven protagonista de este film sublime que es "Fanny y Alexander", de rasgos autobiográficos, de principios de los 80. En él, como recordaremos, ese niño que debe escapar del castigo de su padre y de la mirada lejana de la madre, se refugia en un rincón de su habitación, junto a su pequeño teatro de figuras móviles.
En el periplo que la pequeña Aria inicia, Asia Argento nos lleva a recordar aquel film de Paolo Virzi "Caterina va a Roma" ("Caterina va in cittá"), del 2003, en lo que respecta a ese cruce entre la pequeña y lo que le va sucediendo en ese moverse puertas afueras. Ahora, "Incomprendida", desde un tono que se mueve entre la ironía y la tristeza, tenemos frente a nosotros el gesto de un reclamo, esa mirada que nos alcanza e interroga y que nos lleva a evocar a aquel último plano del ya clásico, y siempre admirado, film de Francois Truffaut, "Los cuatrocientos golpes".