Benjamín Ávila en su ópera prima, con una historia que se nutre de sus propios recuerdos, pero que modificó en la ficción, ambientada en los años de plomo cuando los montoneros deciden regresar en la llamada contraofrensiva. El protagonista es un preadolescente que aprende a vivir con otra identidad, con su madre que puede empuñar un arma o cambiar los pañales de su hermanita. Un chico que festeja cumpleaños equivocados, que ve la llegada de su abuela con los ojos vendados, y que a pesar de todo vive con intensidad su primer amor. Una película redonda, la historia tiene momentos de animación bien logrados. Permite que el espectador vea todos los puntos de vista. Hay que verla.