Inferno

Crítica de Caty Filgueira - Cinergia

Arrástrame al infierno

Primero lo primero. Hay dos películas distintas de las cuales hablar: la de los que NO leyeron el libro y la de los que Sí.
Para los que NO: es una montaña rusa que empieza con la caída más empinada que se puede. Y el viaje no para desde que comienza hasta que termina. Como toda obra de Dan Brown, la intriga en Inferno es el hilo conductor de la historia y la gran pregunta es ¿logrará descifrar los mensajes a tiempo?
Como siempre, Tom Hanks recrea su rol de Langdon con una naturalidad y familiaridad poco vistos. De vuelta en la piel de uno de sus personajes más representativos, nos lleva a recorrer la bella Florencia, en Italia, y algunos parajes de Estambul, Turquía, en su intento por recordar cómo se involucró en una posible crisis mundial y casi incluso el fin del mundo como lo conocemos.
Es una película que atrapa al espectador y le da una seguidilla de actores de alta gama para apreciar en unas actuaciones excepcionales.
Quizá un poco muy comprimida, la magia de Langdon resolviendo acertijos casi que queda un poco de lado para priorizar un narrativa más ágil que logre atrapar a quien busca una película de intriga y acción.
Para los que SI: olvídense de la Sienna Brooks de los libros. No existe en esta película. Dejando de lado los obvios cambios físicos (inocuos a la totalidad de la historia), la genio con ganas de salvar el mundo, incluso del hombre que ama, no aparece por ningún lado. En cambio, tenemos a una chica que busca destruirlo porque está enamorada de un hombre que murió al intentar hacerlo. Lo mismo aplica a Bertrand Zobrist. El genio que intenta, al final cuando se descubren sus intenciones, salvar a la humanidad de sí misma a través de la genética (dejemos la ética de sus acciones de lado por un momento) pasa a ser un genio incomprendido que decide que la única forma de salvar al mundo es matar a la mitad de la población de un plumazo.
Desde un primer momento sabemos que los que persiguen a Langdon son en realidad de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Así sin más, la mística de la persecución, del por qué lo persiguen se pierde. Es incluso confusa la forma en que Langdon y Sienna se relacionan en el departamento.
Incluso el virus cambia. Igual que su creador, el virus pasa a ser una simple arma biológica en lugar de un avanzado virus genético que está diseñado para reducir la natalidad de la raza humana aleatoriamente. Toda la connotación ética básicamente se deja de lado.

Básicamente: véase bajo su propio riesgo.