La tierra se convierte en infierno.
Un atractivo comienzo: un hombre acostado en la cama de un hospital, se despierta y no recuerda cómo llegó allí ni qué le pasó. Una enfermera trata de contenerlo, alguien lo busca. Disparos. La enfermera lo ayuda a huir. En paralelo, otro hombre se tira de un campanario y se mata.
Si este arranque no te genera misterio y ganas de ver qué pasa en los próximos minutos, no tenés sangre en las venas.
Recordemos que “Inferno” es una historia basada en el libro homónimo de Dan Brown, y además es la secuela de “El Código Da Vinci” , “Ángeles y Demonios” (del mismo autor, que ya tienen su película) y la anunciada “El Símbolo Perdido”.
En “Inferno” volvemos a encontrarnos con el profesor Robert Langdon (Tom Hanks) . El experto en simbología, catedrático de la universidad de Harvard, se verá envuelto, esta vez, en otro misterio que lo llevará a descifrar secretos guardados en el “Infierno de Dante” y una persecución interminable que lo conducirá a diversos e impresionantes escenarios.
El film nos lleva por Florencia, Venecia y Estambul. La fotografía y las imágenes de estas ciudades son alucinantes. Ron Howard vuelve a dirigir a Tom Hanks como lo hizo en las antecesoras, pero en esta última desde los encuadres y edición nos lleva a una tensión y suspenso más logrados.
La co-estrella Felicity Jones compone una Sienna Brooks encantadora y dulce con una sorpresa que produce un quiebre en la película de esos que se agradecen.
Un hombre obsesionado con depurar la humanidad llevará a los personajes protagónicos a una aventura oscura, donde la tierra se convierte en infierno y se mezcla con la realidad.
Un film interesante y dinámico. Felicity Jones logró junto a Tom Hanks una buena dupla, y sin dudas esta es la más entretenida de todas (comparando a sus antecesoras).
Si querés pasar un momento de intriga, suspenso y ver una película bien filmada, anda a ver Inferno.