VIAJE A NINGUNA PARTE
Como si se tratase del clásico de Talking Heads Road to nowhere, en Inferno Tom Hanks corre sin brújulas y con guionistas despistados. La más reciente de las adaptaciones de Dan Brown propone al profesor Robert Langdon como una tabula rasa que a fuerza de flashbacks y elucubraciones científico-matemáticas podrá correr el velo de la trama policial donde está inmerso.
La acompañante femenina de esta entrega es el personaje que interpreta Felicity Jones, con la que Langdon establece un interesante contrapunto al estilo Sherlock y Watson: la inteligencia es superlativa pero uno es apenas la sombra del otro. Juntos viajarán a la cuna del Renacimiento para evitar, entre otras cosas, el fin del mundo a manos de un multimillonario loco que podría estar afiliado a Zeitgeist.
La multiplicidad de las locaciones atenta contra la espectacularidad de las escenas en los sitios históricos. En un momento, con tantas tomas aéreas y carteles que dicen dónde estamos por aterrizar, Inferno parece un documental de helicópteros o de drones. Las incógnitas que guían el curso de la historia serán encontradas en algunas pinturas y esculturas, pero por sobre todas las cosas en La divina comedia. La película cae en muchísimos lugares comunes y está llena de clichés. Tiene también algunos pasos de comedia fallidos entre la dupla protagónica: cuando Langdon le pide buscar el libro, ella le responde que lo leyó en Google.
El ganador del Oscar Ron Howard, aún con otra historia larga y llena de fisuras, deja en Inferno la mejor entrega de la saga, a pesar de que los giros de la trama se anticipan fácilmente y las explicaciones constantes irritan sobremanera. Cualquier seguidor de Alighieri se sentirá ninguneado con algunas connotaciones de la mitología dantesca en el film.
La policía y los representantes de la Organización Mundial de la Salud son payasescos hasta el punto de perseguir a Hanks sobre el palo enjabonado de la Feria de los Pescadores. La música original reviste la épica y es uno de los puntos fuertes, lo mismo que la fotografía y el montaje. Inferno cuenta con todos los elementos para ser una película buena pero resulta una apuesta intrascendente y muy presumida. Hanks posiblemente use una peluca (no está chequeado).