¡El nono se escapó del averno!
Podríamos resumir una vieja y querida fórmula cinematográfica señalando que existen películas malas que a la larga resultan simpáticas y otras simplemente malas: sin lugar a dudas en esta última categoría cae de cabeza Infierno al Volante 3D (Drive Angry 3D, 2011). Desde ya que pedirle un producto de calidad al anodino Patrick Lussier sería casi un delirio pero recordemos que en su anterior propuesta, Sangriento San Valentín 3D (My Bloody Valentine 3D, 2009), supo aprovechar la tecnología y compensó en parte el cúmulo de estereotipos con un montaje bastante decente que garantizaba entretenimiento barato.
En esta ocasión lo que nos viene faltando es precisamente un ritmo narrativo acorde con la idiotez general del guión de Todd Farmer y el propio realizador. Combinando comedia fallida, latiguillos quemados, escenas de acción poco originales y un tempo en verdad soporífero, la historia se pasea por las tribulaciones de Milton (Nicolas Cage) en pos de vengar la muerte de su hija y rescatar a su nietito de las manos de una secta de satanistas comandada por el terrible Jonah King (Billy Burke): el detalle principal es que el nono se escapó del averno y tiene al “Contador” (William Fichtner) siguiéndole de cerca los pasos.
La mayoría de los lugares comunes no están bien trabajados y la cosa empeora debido a que son legión: mujeres hermosas, vehículos veloces, andanada de disparos, explosiones varias, mucha sangre y asuntos pendientes con Mefistófeles. Lussier, conocido por su paupérrima trilogía centrada en Drácula y por ser el editor de Wes Craven desde los ’90, es incapaz de imprimirle un mínimo de corazón al film y/ o usufructuar las posibilidades que abren las tres dimensiones. De hecho, la obra ni siquiera cuenta con el humor y el espíritu lúdico de la “clase B” autoconsciente, hundiéndose en banalidades huecas que nada aportan al relato.
Mientras que Nicolas Cage continúa empecinado en participar en cuanto desastre industrial se cruce en su camino, sus colegas en cambio pueden ser perdonados en función de su buena voluntad (aquí lo mejor son las actuaciones de Amber Heard y David Morse como los colaboradores circunstanciales del protagonista). Por momentos pareciera que “alguien” se equivocó feo porque Infierno al Volante 3D es un despropósito insalvable, un claro ejemplo de lo que debería ser un “directo a DVD” si no viviéramos en un mundo al revés: nunca entenderemos cómo se llegan a estrenar comercialmente mamotretos de esta ralea…