Entre pantanos
Producida por Alexandre Aja, Sam Raimi (no es necesaria presentación para él), Robert Tapert, Craig Flores y dirigida por el propio Aja, con guion de Michael y Shawn Rasmussen, Infierno en la tormenta es una película tradicional del género catástrofe en un mix con cierto gore, cuyo exponente más vistoso al respecto en los últimos tiempos ha sido Sharknado, iniciador de una saga que sigue rindiendo frutos comerciales.
Todos los amantes de este género van a estar encantados con esta maravillosa película. Me incluyo porque así fue; es uno de mis géneros favoritos, sobre todo por su honestidad: no pretende ser más que lo que su contenido e identificación a partir de lo que el espectador ve en pantalla, y eso es lo que entrega. Y esta es la mejor manera de no defraudar. La solemnidad, la pedantería, el exceso de carga snob no están presentes acá.
Promete caos y confusión con la llegada de un huracán y acompañando tamaño desastre, cocodrilos por todos lados. Y así pasa. Podemos decir que hay cierta exageración en cuanto a la exposición de los personajes enfrentando a los reptiles, pero es típico del género; bueno, de éste y de algunos otros también. La protagonista apenas sufrirá rasguños en sus enfrentamientos con los salvajes animales que pretenden convertirla en su almuerzo, cuando otros tendrán peor suerte y serán devorados como caramelos masticables.
La tensión se sostiene perfectamente y no aburre en ningún momento. Se dosifican con cuidado las etapas diferentes de complicación y escollos que debe enfrentar Haley para salvar a su padre y, luego, a sí misma, de morir despedazada. El paralelismo emocional que surge de los recuerdos en que su padre le exigió superarse, (tal vez más de la cuenta, pero con justificación, según sus propias palabras) está bien trabajado y es apoyo para el desarrollo del conflicto y su resolución. El resto, lo que no parece verosímil, se vuelve creíble por la empatía con los personajes, construida a través del reconocimiento en ellos a través de la emocionalidad familiar. De trazo más que simple, cualquiera puede reconocerse en estas personas y las historias que les han dado origen, y que los han colocado en las circunstancias en que los vemos, con las características que, tal vez, puedan ser su salvación en esta lucha contra la indomable furia de la naturaleza.