El director francés Alexandre Aja se metió muy bien en Hollywood con un estilo propio. Y eso es mucho decir hoy en día.
Tanto Piraña 3D (2010) como Horns (2013) son grandes exponentes del género, pese a sus disparidades. Una buena mezcla de humor, rebeldía y terror.
En Crawl, (título original que significa agacharse o agazaparse), el director conjuga el cine catástrofe con el terror, y también con el absurdo. Es tal vez en esto último donde se le fue un poco la mano y rozó lo ridículo.
Los dos primeros actos están genialmente construidos y ejecutados, pero el tercero por momentos parece una versión de Sharknado de alto presupuesto.
Eso no es algo malo, muchos disfrutan esas películas, pero aquí hay un cambio de tono a modo in crescendo que hace ruido. Se pierde el verosímil cuando no queda bien en claro si esa era la intención o no.
Más allá de eso, el film transcurre muy bien, sus noventa minutos son más que fluidos a puro entretenimiento, buenos efectos especiales y grandes momentos de tensión.
Kaya Scodelario está muy bien. No era un papel fácil y se lo banca a la perfección, más allá de todos los deus ex machina.
Adrenalina pura, tensión y algunas risas, convierten a Infierno en la tormenta en una gran opción para pasar el rato en una sala de cine.