Para disfrutar una película como “Infierno en la tormenta” hay que dejarse llevar y eliminar cualquier prejuicio que el sólo hecho de imaginar lluvias, tormentas, y cocodrilos en un mismo ámbito, podrían generar. Alexandre Aja vuelve a demostrar que es un maestro del género, reinventando aquello que podría ser un completo absurdo en manos de otro director, pero que aquí termina por configurar un trepidante relato sobre familia y supervivencia.