Una mujer embarazada le pega un tiro al marido maltratador y huye, por los caminos entre pueblos de provincia. Así arranca esta especie de thriller/road movie argentino, que tiene un buen trabajo de su protagonista, Guadalupe Docampo. Siempre con el mismo vestido, a la defensiva, armada y dispuesta a que le salga bien. Algo que, al menos en cierta medida, se sabe de antemano, porque hay un relato en el off de un niño: su hijo que todavía no nació.
La huida de la protagonista, hacia el pueblo donde nació y donde quiere ejercer como maestra, la llevará a encontrarse con una serie de personajes. Necesitados, misteriosos, capaces de ayudarla a encontrar ese camino que parece intrincado y esquivo. Con muchas escenas nocturnas cruzadas con planos abiertos de su avance por las llanuras, Infierno grande evoca al western, pampeano, desde su iconografía a la música. Se repite que esta, acaso algo larga y reiterativa, es una historia de caza. Aunque mejor no contar quién es el cazador y quién, el cazado.