El lado humano de los vampiros
La cuarta entrega de esta saga de acción y horror mantiene las características de las anteriores, con Kate Beckinsale al frente.
Con una prolijidad envidiable, la saga de Inframundo tuvo sus entregas en el año 2003, 2006, 2009 y ahora 2012. El éxito de taquilla nunca se llevó muy bien con los méritos artísticos y su público ha sido, sin duda, el único motivo para seguir adelante.
Inframundo no es una de las sagas más refinadas y no ha logrado tampoco convertirse en una de esas historias que todos conocen. Pero ha logrado anticiparse y aprovechar el éxito de otras sagas de corte fantástico como Crepúsculo. La estética fría, el exceso de cámaras lentas, el tono de toda la serie se mantiene aquí una vez más, porque el gran problema de esta clase de secuelas es la de tener que ser fieles a sus predecesoras y a la vez ofrecer algo nuevo.
La buena noticia es que acá la película puede verse sin saber nada de los films anteriores, y que las referencias serán captadas por los seguidores sin preocupar a los que por primera vez llega a la historia de Selene. Otra característica a destacar es la brevedad del relato: contrario a lo que suele pasar con esta clase de películas, cada nueva entrega dura menos que la anterior, con lo cual se hace cada vez más directo cada uno de las entregas. Si lo han hecho intencionalmente o para tapar las limitaciones de guión, no importa, Inframundo: El despertar no pierde el tiempo, todo ocurre de manera rápida. Sin duda en el montaje no quisieron dejar nada que distraiga o aburra.
También aquí la saga reconoce que para esta cuarta entrega se ha servido de otras sagas como Resident Evil o, más notoriamente, de Alien, en particular la segunda de esas películas, con la que Inframundo guarda notables similitudes. Pero es justamente eso, el tomar elementos de Aliens lo que le da su lado más “humano” y permite que cualquier espectador conecte con ella y sus conflictos. Kate Beckinsale vuelve aquí a realizar el papel protagónico, y asombra la manera en que hoy parece más lista para el personaje que hace nueve años.
Tal vez no sea demasiado conformarse con que el film haga las cosas un poco mejor que sus predecesoras, pero lo cierto es que en sus casi noventa minutos de metraje, Inframundo pone el énfasis en el relato y en el despliegue visual, apenas si se pierde con alguna tontería y con todas sus limitaciones igual llega a buen puerto en esta película que presenta suficientes novedades como para justificar su existencia dentro de la serie.