Inframundo: Guerras de sangre, es la quinta entrega de esta serie de películas que nació hace ya mas de 10 años, en la que vampiros y hombres lobo luchan por el poder y sobrevivir.
En 2003 fue que conocimos a Selene, el personaje interpretado por Kate Beckinsale, con una historia bastante novedosa (tomando un poco de todos lados, pero creando algo propio) buenos efectos especiales y todo para convertirse en un éxito de taquilla.
Luego vino la segunda parte, continuando un poco lo dejado en la primera entrega, siguio una tercera parte ( por que si los números ayudan no importa mas), la cuarta ya todo era mas diluido y rebuscado, no es de extrañar que esta sea por lo tanto la peor de toda la saga.
Si Inframundo: Guerras de sangre, es la peor no lo es por por que si. La formula es la misma, Beckinsale sigue siendo Selene (se la ve igual que en las primeras casi como si realmente fuera una vampiresa inmortal) los efectos visuales son aceptables, dejando de lado el siempre innecesario uso del 3D, pero las escenas de acción son flojas desde lo coreográfico, el guion es sin dudas el mas floja de toda la saga.
Selene tiene sangre del primer inmortal y su hija es un híbrido entre un lycan y un vampiro, por lo que son perseguidas por las dos comunidades alrededor del mundo. Cuando los lycans comienzan a hacerse más fuertes gracias a su nuevo líder Marius (Tobias Menzies) los vampiros empiezan a preocuparse. Para que entrene a sus nuevos e inexpertos asesinos le prometerán amnistía a Selene; no tienen otra manera de sobrevivir el inminente asedio lycan. El problema es que Semira (Lara Pulver), la nueva líder de los vampiros es sumamente ambiciosa y no parece disfrutar mucho la presencia de Selene en su castillo. A esta sinopsis súmenle giros y resoluciones abruptas, sin desarrollo. La película si entretiene, por que eso les sale bien, y por que su duración no es larga, pero el aporte a la saga en general (por no decir al cine) es casi nulo.
Inframundo: Guerras de sangre es el cierre de la saga (no de la lucha entre Lycans y Vampiros que en un comienzo se quiso contar), si no un cierre para Selene, su historia. Con Mila Jovovich con Residen Evil, la protagonista se comió a la historia y todo se comió a la actriz, ofreciendo una Selene desganada, repetitiva y rebotica en su papel.