Nos guste o no, 2019 está en camino de ser destacado como un año de figuras recordadas a partir de mitos crepusculares, del olvido, del desgaste y del eventual resurgimiento por medio de un descenso emocional y metafísico. En ‘Avengers: Endgame’, los protagonistas fundadores del equipo están dispuestos a sacrificar todo por el regreso de sus compañeros caídos; En ‘Dolor y Gloria’, Pedro Almodóvar hace una introspección de toda su carrera artística, observada desde su posible finalidad profesional en vistas de su eminente reconfiguración; y, por supuesto, Quentin Tarantino le encuentra sentido a las vidas de las estrellas de un viejo Hollywood que en apariencia, y en nuestra realidad, se ve atravesado por su ocaso desde hace más de cincuenta años.
En medio de esta diáspora, tenemos a Diego Peretti en el estelar de un largometraje escrito y dirigido por la dupla norteamericana Rania Attieh y Daniel García. ‘Iniciales S.G.’ está ambientada en la Argentina de 2014, durante los últimos partidos de la Copa Mundial de Fútbol, cuenta también con la participación de la estadounidense Julianne Nicholson y con la voz narradora de nuestro local Daniel Fanego.
Sergio Garcés (Peretti) es un sujeto en decadencia, no solo por su profesión, sino por cada aspecto de su vida. Es un actor al que, con mucha suerte, contratan para papeles principales y de casualidad genera vínculos lascivos con las mujeres que de verdad le interesan. Vive solo en su departamento, con el recuerdo de una vida exitosa en ámbitos artísticos, con sus vicios y refugiado en el desempeño de una Selección Argentina que logró aproximarse a la final de un Mundial, luego de muchos años de pasión y espera. Ante tales circunstancias, quienes vivimos ese evento nos podríamos anticipar que, de alguna forma u otra, la inestabilidad de Garcés está al borde de su agravamiento.
Así las cosas, y como pudimos corroborar en una conversación con sus realizadores (ver nuestra nota ‘“INICIALES S.G.” – JUNKET DE PRENSA’), este film se niega a manifestarse como lo hace un ingenuo Indiana Jones en el principio de ‘Los Cazadores del Arca Perdida’ (1981), es decir, no se jacta en considerar que los seres humanos vivimos solo históricamente. En otras palabras, el contexto verídico no es reduccionista, una vez expuestos los datos personales y culturales de Garcés, se articula una puesta en tensión con la cual los espectadores somos invitados a volvernos cómplices.
¿Qué sucede entonces en la trama de esta película? Anticipar más de lo dicho puede atentar contra las expectativas de la concurrencia en más de un sentido. Similar a ‘Claudia’ (película en cuya crítica hemos adelantado las cualidades de este estreno), ‘Iniciales S.G.’ no obliga a los cinéfilos a comprender cada referencia citada –voluntaria, o no-, pero están todas ahí, el diálogo en este tipo de cine es inevitable. ¿De qué cine hablamos? De aquel que comprende lo inaudito de auto pensarse moralmente, aunque en él convivan los personajes moralmente correctos y los más indignantes; aquel que se reflexiona estéticamente, en sentido filosófico (a no confundirlo con el mero preciosismo visual, algo de lo cual ninguno de estos dos ejemplos se exime, ya que cada plano impulsa la narración de su respectiva historia); En definitiva, es un cine que nos convoca a pensar, y no a ser pensados; pero esta libertad, como siempre decimos, es voluntaria por parte del espectador, nunca obligatoria.