En busca del arco perdido
Relato de aventuras que sorprende desde lo visual (son los mismos productores de 300) y juega con la mitología griega a través de luchas sangrientas y de alto impacto.
Inmortales asegura que los Dioses del Olimpo no deben influenciar ni entrometerse en las luchas de los hombres. Pero aquí ocurre lo contrario. Teseo (Henry Cavill, quien será el nuevo Superman) es un esclavo (y la promesa de los Dioses para guiar a su pueblo) que jura vengar el aesesinato de su madre en manos del perverso Rey Hyperión (Mickey Rourke), quien junto a su ejército siembra el horror y el caos en su conquista por el mundo y se lanza detrás del arco mágico de Epiro.
El relato se mueve entre las visiones de una pitonisa (Freida Pinto, de El planeta de lo simios) que involucran al protagonista y escenarios creados digitalmente que se ven potenciados por el uso del 3D. Inmortales es contundente desde lo visual (el uso de la cámara lenta, la sangre en primer plano, la impresionante dirección de arte) y también presenta una galería de personajes funcionales a la trama.
Superando a su rival Furia de Titanes, y con la dirección del hindú Tarsem Singh (La celda), la película construye un mundo milenario y le agrega el toque fantástico para impulsar su imaginería visual: el cielo habitado por Dioses estilizados y con vestuario propio de un megashow en contraste con una tierra caótica (la aldea) en la que los hombres intentan sobrevivir.
El film tiene la rapidez y certeza de una flecha y, cuando lo necesita, recurre a la fuerza (como el martillo, las armas o los tormentos utilizados por los villanos) para construír un héroe que quedará inmortalizado en una estatua.