Inmortales

Crítica de Martín Torres - ZonaFreak

El mortal Teseo es elegido por los dioses para liderar la batalla contra el blasfemo rey Hyperion que amenaza con liberar a los titanes, cuya liberación implicaría el único motivo por el cual los dioses podrían bajar a la tierra e intervenir con la historia de la humanidad…

Algo curioso que seguramente los guionistas no se preguntaron (pero los invitamos a ustedes, espectadores, a comprobarlo) es que si el protagonista Teseo no hubiera interferido en lo absoluto en la trama, la resolución de la historia (al menos la aquí versionada) hubiera sido exactamente la misma. Y por suerte podemos decir esto sin revelar ningún tipo de spoiler, puesto que la historia de Teseo no es más que la acumulación de clichés que hacen del camino del héroe la narración más tópica y mal contada desde que el cine es cine y la literatura idem. Pero esto no es defenestrar a la mitología griega. No señor. Todo lo contrario. Los mitos clásicos de dioses y héroes de la antigua Grecia sirvieron no solo para entretener a infinidad de generaciones, sino también para ilustrar la comprensión del mundo, la religión y la naturaleza de los primeros pensadores de la humanidad.

Si existiera un organismo capaz de proteger los bienes culturales de la humanidad (como bien podría serlo la mitología) así como de la propiedad intelectual, esta película sería indudablemente catalogada como ofensiva e irreverente. La predisposición del espectador juega un rol importante en el disfrute del film. Todo aquel que tenga una mínima comprensión de los mitos griegos debe abstenerse. Al igual que cualquiera que tenga pretensiones de ser entretenido con una historia sin responder completamente a un antecedente histórico (o mitológico). Quizás la película funcione solo para ese público amante del pochoclo que se atragantará con los redonditos maíces tostados que no se convirtieron en pochoclo cada vez que Teseo falla en una de sus misiones. Curioso también es eso… Casi todas las veces que el héroe de turno se plantea una meta es sorprendido por un contratiempo y no la cumple.

La tecnología moderna permite hacer maravillas con escenarios increíbles, efectos visuales imponentes y truquitos en tres dimensiones (que todavía no convencen), pero lo que siempre estuvo al alcance de la mano indiferente del brío técnico (pero no por ello es más fácil) falló una vez más: la historia (el guión en este caso). Un simple, contemporáneo y buen ejemplo de lo que se puede hacer es una de las más atípicas adaptaciones de la Odisea de Homero reinterpretada (o libremente adaptada) por los hermanos Coen en su película “¿Dónde estás hermano?”. Dicho y hecho. Se puede.