"Inseparables", una película cinco estrellas
Marcos Carnevale logra en Inseparables una remake sensible de la película francesa, pero en tono de comedia, y con la complicidad de dos actores enormes.
Muchos aspectos hacen de la última película de Marcos Carnevale algo especial. Primero, la placa con que comienza: “Basada en hechos reales”. Esas cuatro palabras suelen funcionar como un anzuelo que difícilmente desilusiona, porque a las historias las enriquece la verosimilitud, y cuando hay sucesos verdaderos que inspiran a un director y a un guionista, todo parece más luminoso, más cercano. Pero Inseparables es más que una adaptación de una película francesa (Intouchables); se trata de una muy buena comedia que se mete en temas complejos: las diferencias de clase social, la actitud frente a la discapacidad, el valor de la amistad y la solidaridad.
El trabajo de los actores principales aporta una complicidad palpable que, además de enriquecer la narración, genera inmediata empatía: el gran logro de la adaptación es que tanto las fricciones como las coincidencias entre Rodrigo de la Serna y Oscar Martínez son impecables y desencadenan una batería de gags que los adeptos al género agradecerán.
El humor es una herramienta fundamental en toda la película, y en ningún momento suena forzado. No es fácil tratar ciertos temas y con ellos hacer una comedia, pero en el caso de Inseparables, el desafío cumple con creces las expectativas.
¿Cómo hace un hombre impedido físicamente para continuar llevando una vida normal? ¿Influye en algo su entorno? ¿Existe una receta absoluta para superar las adversidades? La historia de una amistad en ciernes parece responder esa y otras preguntas en un marco que resulta fácilmente digerible. Un buen guion, una buena dirección y dos grandes actores al servicio de ofrecer un buen rato en las butacas. Sin dudas, Inseparables pasará a engrosar la lista de películas que uno vuelve a ver cada vez que puede, por puro gusto. Es el mejor destino para una película.