Sin lugar a dudas presentarse ante un nuevo proyecto de los hermanos Coen es comprometerse con esa pisca de humor negro, delirante y al borde de un dramatismo que te estremece. Es raro no sacarse el sombrero ante la presencia de Joel y Ethan, pero es más raro aún no disfrutar de una obra de ellos ni recordarla a lo largo del tiempo.
Inside Llewyn Davis llega a los cines argentinos luego de acaparar premios y nominaciones durante todo el año 2013. El film se centra en contar la vida de un cantautor devenido a solista luego de la abrupta discontinuidad del dúo que conformaba, una vida llena de desventuras, desencuentros y de un porvenir con un panorama absolutamente oscuro. Llewyn Davis es el nombre de este músico interpretado por el latino Oscar Isaac (Drive), una personificación que le valió una notable popularidad en Hollywood permitiéndole conseguir su primera nominación a un premio tan importante como lo es un Globo de Oro. El guatemalteco absorbe de manera extraordinaria los sentimientos de Davis, permitiendo que se produzca esa entrañable sensación de traspaso de pantalla, acrecentándose cada vez que su cálida voz se luce con aquellas antiguas canciones folk.
Desde el punto de vista interpretativo el resto del reparto se destaca pese a tener breves participaciones. Carey Mulligan (An Education) y Justin Timberlake (In Time) personifican a una pareja dedicada a este ambiente musical y cumplen con sus papeles correctamente. De todas maneras, el ex cantante de N'Sync logra moverse como pez en el agua cuando de música se trata –su interpretación de "Please Mr. Kennedy" junto al espléndido Adam Driver (Girls) es hilarante–. John Goodman(Argo), magnifico como nos tiene acostumbrados, y Garrett Hedlund (TRON: Legacy) completan este coral elenco bajo el mando de los creadores de The Big Lebowski.
El punto más alto de esta obra cinematográfica es, sin dudas, el sonido y la brillante banda sonora que posee. Se cuida claramente este aspecto del film ya que es la base del mismo y promueve, desde principio a fin, a tener a la música como la base de sueños, ya sean cumplidos o frustrados. Justamente, de las dos nominaciones a los últimos Premios Oscar que obtuvo el film, una fue para este rubro –Mejor Sonido–.
La fotografía de la película asombra gracias a su cuidada estética –se utiliza la escala de grises a su máximo esplendor– y dan ganas de disfrutar de cada escena admirando su manera de realizarla y desmenuzar cada espacio del guión de estos maestros.
El anterior film de los Coen fue nada más ni nada menos que True Grit y el mismo le valió tanto críticas positivas como menciones altamente valorables. Inside Llewyn Davis –traducida en estas tierras como Balada de un hombre común o A propósito de Llewyn Davis– confirma que el sello de estos guionistas y directores está siempre presente, dejándonos ese sabor agridulce al término de cada una de sus películas. Desde ya, ésta última obra logra ser de las más conmovedoras de los hermanos luego de A Serious Man, posibilitando que a futuro se pueda convertir en un exponente del género musical.
Los sinsabores de un músico que lucha por vivir de lo que lo alegra, por creer en un sueño y ver cómo todo se desmorona paso a paso, es probablemente la vida de un personaje de ficción. O tal vez no. Esto sucede en diversos ámbitos, no solamente en aquel ambiente y no únicamente en la ficción. Acontece en la vida real y a cualquier persona que se nos ocurra. Sin embargo, luego de tanta lucha, tan solo nos queda aceptar, disfrutar y acomodarse en lo que nos toca o, mejor dicho, cazar la guitarra –sabiendo o no tocar– y cantarse algún tema de Bob Dylan sin pensar en el que dirán.