Madre a toda costa
Si bien es cierto que los desniveles de esta comedia son varios, cabe reconocer al menos un intento por hacerla llevadera. En ese intento, la operación debe apoyarse en algunos actores, Guillermo Pfening, Ana Pauls, Marcelo Mazzarello y Fabiana García Lago, quienes tienen sus logrados momentos en alguna que otra escena hilarante.
Tal vez hay demasiadas puntadas sin hilo en el guion para que algunas ideas o gags lleguen a consolidarse definitivamente y más aún cuando se busca en el paradigma de los cambios de roles, entre otros que pretenden una relectura, encontrarle la veta humorística a todo incluída la famosa idea del poliamor.
Presentar a la maternidad además como el principal deseo de las mujeres protagonistas en consonancia con esas modas o tendencias culturales que marcan el rumbo de determinadas épocas es un arma de doble filo porque la banalización de la concepción utilitaria del hombre puede generar rechazo más que aceptación.
Y en ese sentido el papel masculino en un claro y forzado operativo de sustitución de estereotipos de objeto sexual si bien despierta alguna que otra sonrisa complaciente es demasiado exagerado como elemento dramático.
Irregular por momentos, entretenida por otros, Instrucciones para la poligamia no supera la media de comedias fallidas que pueden encontrarse en televisión sin demasiada necesidad de buscar.