Fabiana busca quedar embarazada y está dispuesta a hacer lo que sea necesario para poder lograrlo: conspirar con su amiga, manipular al marido, pedirle esperma a un extraño. Todo se pondrá en juego y cada uno de ellos cruzara límites llegando a lugares de sí mismos, que en verdad desconocen
En su tercer largometraje (“El mal del sauce”, 2010, “Yarará” 2915) Sebastián Sarquis nos enfrenta a una historia donde los cuatro personajes buscan aprender, conocerse para encontrarse, en un mundo moderno, con nuevas formas de comunicación. Sienten la carencia, cada uno de ellos necesita algo, algo que les falta, representando los argentinos de clase media a la que toca de pasada: feminismo, poli amor, corrupción estatal, y otros temas. Lástima que sólo se enumeran de pasada, con técnica de plano y contra plano, con total carácter de producto televisivo evocando un costumbrismo de fines de los ’90.
Los actores intentan ponerse en sus hombros toda la obra, y la verdad es que no cuenta ni siquiera con la base de los gags, casi todos forzados, sin logran completar, o redondear, un producto que desde su origen implicó asumir una misión imposible.