Animación interesante y llena de ingenio que parte de la base de las emociones primarias que expresamos los seres humanos. Alegría, Tristeza, Desagrado, Miedo y Furia son los cinco personajes que manejan nuestra existencia y se encuentran dentro del cerebro de la recién nacida Riley, a quien seguiremos durante su crecimiento hasta llegar al primer momento bisagra de su vida, aquel en que muchas cosas de la niñez empiezan a quedar de lado para dar paso a la adolescencia.
La emoción que comanda todo es Alegría, que hace lo posible por convertir todo en un recuerdo positivo. No es una tarea fácil ya que sus compañeros tratan de imponerse constantemente. Una intromisión de la siempre depresiva Tristeza será la que active toda una aventura junto a Alegría a través de los rincones más ocultos de la mente con la finalidad de mantener feliz a Riley sin alterar recuerdos esenciales que determinarían para siempre su personalidad.
El extraño y surreal viaje a través de la psiquis es un terreno arriesgado para desarrollar una historia para chicos, los personajes van a pasar por distintos niveles del subconsciente, y en esos aspectos nos recuerda a la odisea de Alicia en el País de las Maravillas. Bajo esa premisa, todos los escenarios que van apareciendo son originales y atractivos y están diseñados para ser plataformas de aventuras y situaciones disparatadas. Cada personaje secundario que se va sumando a la historia agrega más diversión, locura y también momentos de mucha emoción.
La película plantea conflictos psicológicos y existenciales a trazo grueso en los cuales no se adentra demasiado para no dejar afuera al gran público al que apunta. Un universo similar donde se exploraban los miedos en un contexto onírico fue mejor retratado por el mismo guionista/director Pete Docter en Monsters Inc. Intensamente se mueve en esos terrenos y hasta suma algunos elementos más complejos, pero el multicolor quinteto de emociones está muy lejos de convertirse en iconos como Mike Wazowski y Sulley.
El mayor valor de Intensamente es el de elevar la complejidad de los temas que puede abordar el cine de animación para todo público (algo que Pixar parece proponerse película tras película). Su visión es didáctica y funciona como disparador para tratar con los más pequeños otros tópicos más profundos sobre nuestra biología cerebral.