LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER
El alma se sitúa en la pequeña glándula localizada en el centro del cerebro Las pasiones del alma The passions of de Soul.
René Descartes, 1649.
Con un apellido considerable sobre sus espaldas, Sofhie Barthes ha demostrado en Cold Souls, creatividad, profesionalismo e inteligencia para construir un film que podría ubicarse dentro del género de la tragicomedia, con un marcado acento que remite a que el espectador pueda reírse, emocionarse y a la vez reflexionar sobre la existencia.
Ella afirma que este film surge de un sueño, resultado de la lectura El hombre moderno en busca del alma de Jung, y que se siente influenciada por el surrealismo e interesada por la ficción poética. Y todo esto se hace presente en el film.
La historia está centrada en Paul Giamatti, un actor, no sólo de teatro, que se encuentra ensayando Tío Vania (Chejov, 1899), faltando 10 días para su estreno siente que se esta volviendo loco y que la angustia le produce demasiado sufrimiento y expresa su deseo de vivir lo que calcula puede restarle de vida de una manera diferente, olvidar el pasado y experimentar una vida nueva.
La angustia existencial, sumada al stress de su trabajo hace que de pronto viva la vida como si fuese una tragedia.
Alguien, en forma casual, le recomienda un artículo en el New Yorker donde se ofrece un servicio. Acude al mismo, un médico constata sus síntomas ( Se siente solo? Vive en el pasado? Pierde los estribos con facilidad?) Luego de este interrogatorio trivial cuya respuesta positiva es por momentos común a todos los mortales, decide dejarse extraer su alma.
El tema se complica cuando se enfrenta a su trabajo, y ya no posee esa pasión que le posibilita transmitir emoción o cuando comprueba que no tiene deseos de hacer el amor con la mujer a quien ama.
Imposibilitado de sentir regresa a la empresa, la que le ofrece otra alma en reemplazo. Si bien con esta puede sentir y actuar, los sentimientos que le generan le producen más dolor que la propia, por lo que regresa y reclama la suya.
Como en un famoso y anónimo cuento medieval donde todos los habitantes de un pueblo se quejan a Dios de las cargas de su alma. Y este les ofrece dejar su ” peso ” en la plaza y llevarse uno ajeno. (Porque siempre se piensa que el mayor sufrimiento es el propio) Y al otro día todos regresan a la misma plaza a recuperar de algún modo su alma, o su vida, o lo que le ha tocado vivir en este mundo. Obvia conclusión.
El caso es que Paul no puede recuperar su alma, porque esta ha sido prestada a una actriz rusa, sin una gota de talento, que es a su vez la esposa del dueño del mayor mercado negro de tráfico de almas de Sant Petesburgo, y lo más patético es que la usa para hacer telenovelas.
Apelando al humor, al absurdo, a la ironía y a la sátira sagaz e inteligente Barthes ha elegido un elenco impecable para construir un film con tantos niveles de lectura como espectadores.
Partiendo de una cita perteneciente al último texto de la filosofía cartesiana donde Descartes habla del cuerpo como una máquina, y del alma como un espíritu pensante autónomo e independiente de la materia, y por lo tanto con la posibilidad de coexistir separadamente. Esta comedia se inicia a través de un deseo que verbaliza su protagonista:”No quiero ser feliz, solo deseo no sufrir”. Hablando implícitamente de aquello que toda la filosofía se ha ocupado de descifrar, que es saber: ¿que es el alma, como funciona, que relación establece con el espíritu, y si es o no inmortal?
En la Edad Moderna el tema de la existencia adquiere nuevos matices a partir del racionalismo de Descartes y particularmente en su último trabajo Las pasiones del alma donde recalca que la emoción es producida por el sujeto y las pasiones son sufridas también por él.
El problema es que los seres humanos felizmente producimos emociones “buenas y malas” en nosotros y en los que nos rodean y eso da forma a las pasiones las cuales se atan a nuestros sueños y a nuestros deseos y es preferible arrastrar el peso o el dolor que estas producen en nuestra alma, que quedarse solamente con la insoportable levedad del ser.
El Surrealismo dio lugar a un espíritu nuevo que modificó profundamente a todas las artes, y Heráclito (“el alma es su propia fuente de desarrollo”) fue considerado un precedente del mismo.
Andre Breton líder y precursor del movimiento descubre en 1916 la teoría freudiana, y el descubrimiento del inconsciente como el único espacio donde los seres humanos no objetivan la realidad, fue el sustento del automatismo.
Desde esa premisa elemental el arte no es representación, sino comunicación vital y directa con el todo. Allí convergen imprevisiblemente el deseo del individuo y el devenir ajeno, y los sueños son sin duda el material que privilegia estas uniones.
Una extracción sencilla, casi automática, que no afecta la conciencia y que hace que todo se vuelva funcional y con sentido fue la promesa de la elección de Paul Giamatti.
Pero ese procedimiento no contemplaba las consecuencias de quedar sin ella, las emociones que genera alquilar otra alma, (sobre todo si pertenece a una poetisa rusa), el efecto que los fragmentos de otras almas dejan en el cuerpo de quienes las transportan. O…¿Qué le pasa al alma cuando el donante muere?
Cada escena, cada mirada, cada paisaje, cada sueño y cada pesadilla conforman un todo, porque reflejan los estados interiores de los protagonistas, y también es cierto que estas imágenes cargadas de sentido sobre el misterio de la existencia humana comunican en diferentes momentos, (casi pautados en el tiempo) emociones vitales y melancólicas de una particular belleza y quietud con la intención de impulsar a una reflexión. La escena final opera a la vez de cierre y apertura en el camino de dichas reflexiones. Estas estrategias la acercan a lo que su directora llama “ficción poética”.
Jung dice en El hombre moderno en busca del alma:
La facultad creadora, igual que el libre albedrío, contiene un secreto. El psicólogo puede describir el proceso de estas dos manifestaciones, pero no puede hallar solución a los problemas filosóficos que ofrecen. El hombre creador es un enigma que podríamos dilucidar de varias maneras, aunque siempre sería en vano. Esto es una verdad que no ha evitado que la psicología moderna se ocupe del artista y de su arte.
En la vida de un artista hay en su interior dos fuerzas en pugna, por un lado un anhelo natural de felicidad, de satisfacción y seguridad en la vida, y por el otro una pasión avasalladora de crear, y eso por momentos puede resultar muy trágico en el aspecto humano.
Paul Giamatti* actor en la realidad y en la ficción demuestra una vez más su pasión avasalladora de crear, acompañado por un excelente elenco donde se destaca Dina Korsun en el personaje de Nina.
De esto y de mucho más habla esta excelente tragicomedia que se produce por un inesperado intercambio de almas.
*Paul Giamatti es en la ficción lo que a la realidad un gran actor de cine, teatro y televisión
Publicado en Leedor el 10-01-2012