UNA GRAN FIESTA DE TRES PERSONAS
Hay una frase de Alejandra Pizarnik que aparece en una de las conversaciones de las adolescentes y que recorre toda la película. Esta dice que “las verdaderas fiestas tienen lugar en los cuerpos y en los sueños”. Interludio explora a cada uno de sus personajes, dándole un brillo especial a cada uno. La fiesta es expresada desde la plenitud y el acercamiento sincero a cada una de las mujeres de esta familia.
Explotando el significado de la palabra “interludio”, el film es en sí una pieza de intervalo en la vida de estos tres personajes. Pero también representa la introducción a una nueva forma de afrontarla. Para esto, desde un primer momento, se expone a estas mujeres a mostrar lo más cotidiano y representativo de cada una mediante la vida misma. Siendo que las conversaciones y los diálogos no varían demasiado de los que puede llegar a tener una familia, la tensión está puesta principalmente en las actuaciones. Sin embargo, hablar de tensión es sólo una forma de decir porque cada escena surge con mucha naturalidad.
Las buenas actuaciones hacen que la conexión con el espectador esté dada con más facilidad. A su vez, preparan el terreno para que se pueda construir significado en un nivel más alto que el terrenal. Cada una de las mujeres se eleva hacia la plenitud de su ser, encontrándose con sus deseos y emociones, al igual que desafían sus miedos. Esta fiesta de los cuerpos es entendida por el buen trabajo que se les da a los personajes.
Interludio muestra cómo muchas veces lo sencillo esconde a lo complejo. No hay una gran producción, son pocos los personajes y las escenas se desarrollan en unos pocos lugares. Pero ese “poco” está explotado de tal forma que parece mucho. Por eso la frase de Pizanik retumba tanto cuando termina el film. No es tanto lo que pasa sino qué representa.
Son trabajadas tres etapas etarias: la niñez, la adolescencia y la adultez. En cada una de ellas hay momentos más vinculados a la razón y otros a la pasión que se mezcla con la ensoñación. La fantasía de la niñez está muy bien trabajada y cuidada. La madurez y fragilidad de la adolescencia explora los extremos que confluyen en esta etapa. Mientras que la estabilidad, los riesgos y los tabú parecen mostrar a una adulta en crisis. Más allá de las particularidades estas tres mujeres muestran o representan a muchas otras, por eso resulta muy interesante que cada una encuentre la liberación de sí misma.