Interludio

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Borrón y cuenta nueva

Apenas si alcanza la mirada a configurarse el primer plano de este opus de Nadia Benedicto para compenetrarse en la desdicha de Sofía, la protagonista adulta y madre de dos hijas, traicionada por su pareja y además por enterarse que a él le gustan los hombres y no las mujeres como ella. A partir de ese momento traumático, el Interludio funciona como un espacio cinematográfico entre el pasado presente y el futuro o el después. Y ese después parece negarse en medio de la crisis de la propia Sofía, para quien el escape vacacional con destino de playa y mar o de tiempo ganado para estar con las hijas -Pachi la menor e Iri la mayor- no es otra cosa que la consagración de lo que ya no está.

Claro que como todo proceso de duelo, hay un antes y también la aceptación para hacer borrón y cuenta nueva. En ese mientras tanto, las hijas de Sofía, la menor e imaginativa pero a la vez vital y demandante Pachi, que a veces contrasta con la mayorIri en plena pre adolescencia y en búsqueda de su identidad sexual, con un cuerpo inquieto que busca en la calma del mar un espacio único alejado del mundanal letargo. Todo esto concatenado en el derrotero cotidiano de unas vacaciones de una madre con sus dos hijas en algún paraje de la costa argentina, reconocible postal cuando se aleja la mirada aunque cuando se enfoca en alguno de los detalles es donde se hacen visibles las heridas del alma.

La directora Nadia Benedicto, tal como lo hiciese con su cortometraje Como una guerrera, construye personajes femeninos sólidos como es el caso de Sofía y su sutil arco de transformación, así como logra que ella transite en su propio mundo interior. Para ello es destacable la presencia de una banda sonora que aporta buenas atmósferas y climas, a veces cercanos a zonas de ensoñación para despegar de un naturalismo que propone depor sí el paisaje con su tentadora invitación a la contemplación.

En Interludio queda marcada la transición cuando en el juego de las relaciones todo lleva a barajar y dar de nuevo.