Otro debut en largometraje, Nadia Benedicto se acerca a una madre que debe lidiar con sus propios problemas y los de sus hijas mientras afronta una inesperada separación. La decisión de ir a la costa por unos días abrirá la posibilidad de una transformación que permitirá superar el momento de profundo dolor que ciñe todo.
Benedicto esboza sus personajes con timidez, a la vez que recurre constantemente a la música como elemento transitivo sin mediar siquiera la posibilidad de evitar la estética publicitaria para presentar esas secuencias, y ahí es donde justamente el film falla, escapándose de sus personajes y buscando un efecto que nunca llega.